domingo, 20 de mayo de 2012

La última de la fila...



Había una vez una familia formada por padre, madre y nueve hijos... Militar de carrera, capitán del ejercito durante la revolución; el padre nunca quiso volver a saber nada del ejército cuando esta finalizó y se consiguió un empleo como supervisor de Ferrocarriles Mexicanos. 
La madre era de una familia acomodada, no rica, pero con ciertos privilegios que el capitán no podía darle  pero se casó con él por amor. Luego empezaron a llegar los bebés. Estela, Horacio, Graciela, Laura, Socorro, Adolfo, Arcelia, Octavio y por último Yolanda... mi madre.




Pequeña y delgada, de facciones afiladas y bellas, pelo muy negro, hermosa sonrisa y ojos pícaros mi madre es ese tipo de mujer  tan fuerte que puede cargar con el mundo en los hombros y enseñar disciplina  y responsabilidad a una hormiga y al mismo tiempo ser tan empática y sensible que los problemas propios y hasta los demás llegan a afectarla al grado de perder el sueño por la angustia y la preocupación. Siempre ha sido una mujer trabajadora cuya casa es perfecta sin importar el día ni la hora en la que llegues. Excelente administradora y organizadora, capaz de transformar tres palos en una percha; increíblemente ingeniosa de buen gusto y talentosa con las manos. También es pulcra y tenaz, tiende a ser un poco perfeccionista y cuando algo no le parece puede repetirte la misma pregunta o indirecta con la intención de hacerte cambiar de idea hasta hacerte enloquecer. 
Solía ser muy conservadora, de ideas fijas y un poco radicales —no en balde era hija del Capitán— pero se casó con mi padre y eso, aunado a los años y la experiencia, la han vuelto más relajada. 

Creo que nunca apreciamos y admiramos a nuestras madres tanto como el día en que tenemos nuestros propios hijos y nos damos cuenta de todo lo que han hecho, lo mucho que han dado e incluso sacrificado por nosotros. Recuerdo un poema en el que un padre le dice a su hijo que su cariño es incondicional y no espera nada a cambio, sin embargo le advierte  sobre el "agente viajero" que llegará a cobrarle y en quien "como un hombre honrado" deberá pagarle, siendo este su propio hijo.  Así mi madre ha sido enfermera, cocinera, terapeuta, maestra, chofer, doctora,  diseñadora y mil cosas más y he tenido la fortuna de que además de todo eso sea una mujer amorosa, sobre protectora, talentosa y ejemplar quien me ha transmitido su pasión por el arte, por la música,  por la vida con su ejemplo, haciendo cosas que van desde confeccionar cajas para los dulces en mi cumpleaños cortando cartón hasta entumirse los dedos u organizar eventos y vender boletos para ayudar a la casa hogar de las monjas,  hasta dejar de comer y dormir en el piso para cuidar amorosamente a quienes han enfermado en su familia.
Sabemos que somos muy diferentes y confieso que hay muchas cosas en las que me encantaría ser como ella, sin embargo sé que sus enseñanzas viven en mi cuando a veces me sorprendo repitiendo a mis hijos las mismas palabras que ella nos decía y pensando de la misma manera.
Ma,
No me alcanzaría la vida para darte las gracias por tu amor y por todo lo que haz hecho por esta agente viajera que te tocó, medio rebelde con una voluntad no tan de acero como la tuya un poco menos ordenada y perfecta pero siempre tratando de seguir tus pasos a mi modo. Te amo con todo el corazón, aunque digas que ya no te escribo tarjetas tan lindas como las de antes y medio llores de sentimiento. Siempre serás para mi la mejor mamá que Dios me pudo dar.

¡Feliz cumpleaños ma!

viernes, 4 de mayo de 2012

Su barriguita llena, tu corazón contento...

¿Qué te gusta comer? carne , pasta, sushi, tacos, ensaladas,  vegetales a la parrilla, fruta deliciosa ... ¿qué?
La comida es un aspecto de la vida que revela nuestros rasgos culturales, nuestra manera de ver el mundo y a los demás, de relacionarnos, nos deja ver la sofisticación de las personas y en última instancia es un absoluto placer que acompaña nuestra convivencia de todos los días convirtiendo los actos sociales en memorables celebraciones.  Además de esto la comida es una parte fundamental de lo que determina la salud de una persona, claro... partiendo de la premisa de que tenemos acceso a ella...  En este país, como todos sabemos,  hay un grupo importante de la población cuyo acceso a los alimentos básicos es casi nulo, siendo los niños el grupo más afectado dentro de este.
Hace unos meses hice un programa de detox en el que solamente podía comer una manzana por las mañanas y a eso de las 12 del día cuando mi estómago empezaba a crujir me ponía a pensar en todos los niños que solo tienen una tortilla y un café para iniciar su día porque es lo único que sus padres les pueden dar. ¿Se imaginan lo que es eso?  ¿se imaginan vivir la vida siempre con hambre en la etapa más importante del desarrollo humano? despertar y saber que no vas a desayunar y que si bien te va comerás una vez al día...Sin duda alguna somos afortunados porque no lo sabemos.

Conscientes del gran problema y el enorme riesgo que la desnutrición infantil representa para nuestro país un grupo de personas, de esas que hacen que las cosas sucedan, se unieron en un proyecto de vida y crearon los Comedores Santa María poniendo así un valioso grano de arena — que es gigantesco— para que algún día este problema sea erradicado.
Podría decirles mil cosas de este maravilloso proyecto pero creo que este video lo hará mucho mejor que yo.




Hoy existen 13 Comedores Santa María distribuidos alrededor del área metropolitana de la Ciudad de México pero aún se necesitan muchas manos y corazones que ayuden con su trabajo voluntario y con los recursos que permitan lograr este sueño y por eso te pido que veas este video, que visites su página de Facebook y le des like o que los sigas en su cuenta de twitter @comedorsantama  y sobre todo te invito a que, si puedes hacerlo, tú también te sumes a este esfuerzo. 
Este país es de todos,  el mundo es de todos y los que por azares del destino estamos en la cara afortunada de la moneda tenemos la gran responsabilidad de ayudar a quienes no lo están.

Estoy segura que el ayudar a ver su barriguita llena pondrá tu corazón contento... 

Felices Reflexiones...

jueves, 3 de mayo de 2012

A mi querido Mr. Mac con gratitud y cariño

Recuerdo bien la primera vez que lo ví, era un hombre alto, delgado aunque de abdomen prominente; pelo muy corto cano,  piel ligeramente bronceada, bigote poblado y bonitas facciones. Pero lo mejor eran sus ojos azules y su voz, me encantaba su voz.
Se llamaba Graham McKimmicks pero le llamábamos Mr. Mac. Era de Zambia... aunque cuando él nació se llamaba Rhodesia. De padres escoceces, pasó su infancia y juventud en África, lo cual le daba un toque de glamour especial. Siempre nos contaba historias de su vida en esos confines de la tierra tan diferentes a lo nuestro, ratitas urbanas chilangas que vivíamos fascinadas por sus anécdotas. Había vivido en Inglaterra y trabajado en las minas y la construcción y un día decidió cruzar el Atlántico con otros amigos en un velero para venir a América y como muchos llegó a México —que no sé que tiene pero me cae que es mágico— y se quedó. 
Llevaba creo que casi 20 años en el país y era un personaje adorable... no tenía coche así que usaba los micros, metro, taxi y camiones, ah y eventualmente bicicleta; su única línea de teléfono era terrestre pues odiaba los celulares, y decía que vivía en la "warrior" o sea... en la colonia Guerrero en el centro de la Ciudad de México.
Me encantaba su acento, su conocimiento del idioma y no digo solo del inglés eh, sino del español; era capaz de sacar los mejores dichos y aplicarlos al tiro.  Tenía una camisa azul pálido y una corbata con barquitos que recuerdo bien y su saco, siempre arreglado...un caballero, seguramente hubiera dicho que no ir arreglado a clase era "a little bit naquiux" ( naco) 
Mac era además de un buen maestro, un hombre interesante,  culto, de esos que nunca pierden la guapura ni aunque tengan 80 años. Sus comentarios eran agudos y pícaros y nos hacía reír.  Cuando alguien no estaba poniendo atención volteaba y le decia "Hey stop looking at porn"  y las carcajadas de todos no se hacían esperar ante la cara de WTF? del directamente afectado, y cuando era nuestro turno de leerle lo que habíamos traducido nos decía "Come on... amaze me"...
Esta mañana me enteré de que el querido Mac se nos ha adelantado en el viaje... me dolió tanto... me hubiera encantado volver a verlo, disfrutar de otra historia, oír su encantador acento Inglés-escoces-africano.  En fin, así es la vida y nunca sabemos si volveremos a ver a las personas,  por eso hay que quererlas todos los días y decírselos y hacer que lo sientan.
Mr. Mac, tocaste mi vida muy poco tiempo y sin embargo te quedas para siempre en mi corazón. Gracias por tus enseñanzas, te quiero donde quiera que estés... and Bob's your uncle.

Felices reflexiones...