domingo, 22 de mayo de 2016

Aunque esté nublado...


La versión original de este post, la escribí hace cuatro años. En esta edición he recortado una parte del texto y  le he dado más coherencia y estructura. 


Lunes, me levanto abrumada por cosas que han pasado el fin de semana y las semanas anteriores, yo estoy bien, mi familia esta bien, pero mi alma esta triste, es una de esas rachas en las que mil cosas dolorosas se dejan venir en montón y pasan por tu mente una y otra y otra vez. Me levanto, me arreglo, reviso los correos y los pendientes y me voy a mi entrevista.

Una entrevista deliciosa con un hombre que no solo es extremadamente inteligente sino también encantador, escucho las respuestas con mucha atención, mientras voy pensando en lo que dice. Se acaba el tiempo y llega la última pregunta : ¿cómo educas para lograr un país mejor? ¿qué haces tú en tu casa?.  Empieza su respuesta diciendo "esta es probablemente la pregunta más difícil de la entrevista"... se queda pensando unos segundos y continua "hace un tiempo leí un libro que me gustó mucho,  The Compass of pleasure  (La Brújula del Placer), para mi, el capítulo más importante de este libro es el que habla sobre"Hacer el bien". Existe una parte del cerebro humano que se activa y  genera sensaciones de placer cuando hacemos lo correcto, y me atrevería a lanzar la hipótesis de que existen personas que no han tenido la experiencia de sinapsis neuronales que generan placer haciendo el bien. Si tú educas a tus hijos para que su prioridad cada noche sea apagar la luz, meterse a la cama y  dormir en paz, con la conciencia tranquila, sintiendo que hicieron algo para dejar las cosas mejor de lo que las encontraron y encontrando en ello un goce muy privado, si logras eso, creo que en lo demás que puedas tener éxito o fracasar como papá... sale sobrando".

Salgo de ahí pensando que no importa cuanto puedan revolverse en nuestra mente las escenas de la lucha cotidiana entre la luz y la oscuridad del corazón humano,  nuestra misión es encontrar la belleza  dentro de ese caos y  poder transmitirla a quienes nos rodean. Cambiar el foco y la dirección de las cosas. Nuestra misión es no dejar de ver la luz que de pronto parece ocultarse tras unas nubes muy negras y traerla hacia el frente con acciones que generen en nosotros ese placer de hacer el bien,  que si bien pueden parecer pequeñas, al sumarse van formando algo enorme que nos hace sentir valiosos y felices, la belleza de saber que aunque esté nublado, siempre podemos ser sol.

Felices reflexiones...