Yo creo que Peña Nieto nunca tuvo una experiencia de este tipo pues de haberla tenido podría haber contestado algo así aquél día fatídico de la Feria del Libro... pobrecillo.
El lunes pasado se celebró el día mundial del libro, pensaba yo en esto, en el placer que la lectura me ha proporcinado a lo largo de mi vida y en cuanto han cambiado nuestros hábitos con la tecnología. Si bien es maravilloso poder disfrutar de los ebooks, kindle, iPads, blogs, e mails and all that... para mi la experiecia de tener un documento impreso en las manos sigue teniendo una magia especial incomparable. El olor del papel, su color, textura, las imágenes, ilustraciones o fotografías aunadas a la maravillosa cualidad de poderlo llevar a todos lados sin preocuparse de tener cargador a la mano o de que haya un enchufe cercano sino simplemente abrirlo y dejar que nos transporte con su magia a las diferentes épocas de la historia, que nos enseñe vocabulario, ortografía, redacción y estimule nuestra imaginación a través de sus páginas. Quizá lo único que eso denota es que soy vieja y que no pertenezco a la generación que tiene una pantalla touch integrada en la palma de la mano desde el día 1.
Muchos aseguran que los libros y las revistas se encuentran al borde de la extinción y que todo lo que es papel desaparecerá ¿será? espero que no porque creo que por más maravillas que los medios electrónicos nos den hay cosas que nunca podrán hacer (*voltea y ve su libro subrayado en verde y con anotaciones...)
Es difícil ver cómo los jóvenes, en su mayoría, han perdido el gusto por la lectura, y cómo en una época en que tanto se necesitan contenidos que ayuden a enriquecer y elevar el nivel educativo y cultural de la población los medios electrónicos que tanto podrían ayudar ya no promueven un acercamiento a la cultura en general como lo hacían hace 30 años. Quizá eran embarraditas que no te llevaban a profundizar mucho pero recuerdo las cápsulas de Cantinflas show, los cincomentaritos, o los programas de Universo 5 que por lo menos ampliaban un poco la cultura la población y la hacían pensar en temas más elevados y, ojo, aquí no hablo de los que tienen la posibilidad de acudir a buenas escuelas, tienen televisión satelital, oportunidad de viajar, de tener clases extracurriculares; me refiero a aquellos que tienen que conformarse con la escuela oficial, la televisión abierta y sus "elevados" contenidos y chutarse la publicidad de GenomaLab y los productos Multi O cada cinco minutos. Salvo honrosas excepciones como la del canal 11 y quizá el 22 y el 40, las televisoras nacionales se limitan a transmitir contenidos cuyo objetivo no es elevar el nivel cultural sino entretener, embrutecer y mantener el Statu quo... ¿podemos sorprendernos entonces del bajo nivel del discurso político que manejan nuestros candidatos en la contienda presidencial?
Confieso abiertamente que antes leía de manera diferente, más constante y con menos procastinación tenía menos distractores, hoy tiendo a mezclar páginas de un libro, un artículo de una revista, un blog, un mail, un tuit, etc... y aveces me choco por hacer eso por que siento que debería enfocarme más, la cuestión no es solo cuánto leemos, sino cuanto profundizamos en ello y sospecho que si a mi me pasa eso a los jóvenes les debe suceder algo igual o peor, de tal manera que nuestras sociedades se están convirtiendo en esa masa de personas jóvenes con un acceso ilimitado a una cantidad de información nunca antes vista pero con poca tendencia a la reflexión más profunda, que siguen el día a día como peces a la corriente dentro de una burbuja a la que siempre están conectados pero que se circunscribe solamente a ciertos aspectos de la cultura que les interesan y que están englobados en las redes sociales con la ubicuidad que les dan los dispositivos móviles que nunca los abandonan.
Lejos estoy de decir que las redes sociales sean malas, sin duda son un instrumento de comunicación y hechos como el papel que jugaron en la revolución egipcia han demostrado el impresionante poder que tienen para influir en cuestiones de todo tipo en las sociedades actuales. Pero son celosas, implacables, y una vez que te tienen se rehusan a soltarte facilmente y no se detienen en su intento de invadir tu privacía y tu espacio en solitario, todo el tiempo demandan saber qué piensas, qué haces, en qué estás...
y si pensamos en los jóvenes aquél tiempo que antes dedicaban a ir en el coche con sus padres, conversando o a sentarse a la mesa a comer y después en la sobremesa chutarse las conversaciones e historias de los adultos que tanto les aburrían pero había escuchar parecen cosa del pasado y los padres felices porque al estar los chicos ocupados con su BB o iPhone no los molestan y todos contentos. Hace tiempo me tocó ver a una niña de 11 años que llegaba al desayuno de una primera comunión con su iPad; no sé lo que opinen ustedes pero a mi me parece una total falta de cortesía y educación... Difíciles temas estos sin duda... en fin, así las cosas yo mejor me voy a la alberca.
Felices reflexiones...
Si mejor a la alberca, ahí puedes leer tu libro sin que nadie te moleste! Besos @jfespinola
ResponderEliminarMi estimada amiga (aùn no sè tu nombre y me siento mal dirigièndome tan inpersonalmente).Anyway...tienes un gran don de poder plasmar en letras lo que muchos pensamos, y por èso te estoy agradecido. Al leer tu blog, no podía dejar de pensar en mi hija menor, Cynthia, quien a sus casi 18 años, se ha convertido en una voràz lectora y se rehusa a cambiar sus libros con su olor y su personalidad por un ibook, lo cual no sabes como me llena de orgullo!!
ResponderEliminarGracias por compartir tus ideas, mis ideas y las de tus innumerales lectores, en tu blog, del cual me has prendido.!!
PD: Mi hija usa regularmente el tèrmino "procastinar". Graias a ella lo incorporè a mi lenguaje.
Como te comente en uno de tus blogs anteriores, gracias a un profesor tengo pasion por la lectura, en mi mesa junto a mi cama, SIEMPRE tengo dos libros por lo menos, la lectura novelesca y mi Biblia.. Ojala nomse pierda el leer en los jovenes.
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