Y empecé un detox, un detox de vida, no sé si está bien pero lo deseaba. Volver a ser yo sin brazos extraños que me alcanzan siempre sin importar dónde vaya. Dejar de oír voces que extienden sus sombras y sin hablar me llaman "¡aquí estoy!, ¡contésta!" demandan, reclaman...
Un detox de vida, mirar hacia adentro lo que está dormido por falta de ganas, de esfuerzo, de alma que he dejado en parte embarrada en voces y brazos de esos que me llaman.
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