Caen por la escalera de mi mente quieta, cual canicas rojas hacia un precipicio... las veo alejarse y desaparecen, así tu recuerdo se va entre mis dedos y en verdad no sé si aún lo lamento o ya lo agradezco.
Ya no vivo loca pensando en quererte sintiendo que muero porque no te tengo, porque todo cambia, muta, se transforma y hasta ese recuerdo que yo tanto amaba se va con las hojas que levanta el viento presagiando así la inminente etapa donde el verdor muere presa del invierno...
Me pregunto entonces ¿Fue absurdo quererte? quizá, no lo sé y en ese momento en que la duda llega escucho el estruendo que hacen al rodar las canicas rojas que caen por mi mente... las miro brillantes, tan rojas, tan ciertas... entonces me llega de lejos tu olor, la magia imborrable que trae tu presencia y asi me contestas que tuvo sentido lo bello se queda y lo demás lo olvido...
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