Pasaba todas las mañanas por enfrente del escaparate y la veía, y soñaba con ella... a veces incluso le hablaba... era la guitarra que lo tenía loco desde hacía ocho meses. Le encantaba imaginar lo que se sentiría tocarla, tenerla entre sus manos y extraerle la música que llevaba dentro. Un día había entrado a la tienda y había preguntado el precio al encargado "Veinte mil pesos" le había dicho el hombre, y desde ese momento se había dedicado a ahorrar, a dar clases de música, a cuidar a los odiosos perros del vecino e incluso a sus hijos, a recopilar cualquier clase de materiales reciclables y a hacer todo tipo de trabajos que le permitieran por fin reunir la cantidad para comprarla.
Al fin llegó el día y sonrío al ver el dinero frente a él... -¡hoy será mía! -pensó- y salió feliz silbando mientras caminaba hacia la tienda.
--Vengo por la guitarra del aparador , le dijo al hombre, y acto seguido éste se apresuró a ir por ella para ponerla en su estuche y entregársela.
--Felicidades hijo, has hecho una maravillosa elección -dijo el hombre- espero que la disfrutes mucho; es una guitarra maravillosa de un fabricante muy prestigiado.
Tomó el estuche y lo recorrió con la palma de la mano, sus ojos brillaban y se sentía
extático. Por fin tenia lo que tanto anhelaba y el hecho le causaba una felicidad muy particular. Volvió a casa y como era sábado y no tenía gran cosa que hacer pasó la tarde ahí tocando la guitarra mientras los perros lo oían echados a sus pies. Finalmente salió a cenar con amigos contándoles sobre su adquisición feliz y emocionado. Un poco después de la media noche regreso a casa y se metió en la cama lanzándole una última mirada a la guitarra que estaba recargada sobre la pared junto a su cama.
Al día siguiente abrió los ojos y la vio...
--Es la mejor guitarra del mundo -pensó- después se levantó se puso la ropa deportiva y salió a correr como todas las mañanas.
Al dar la vuelta en la esquina pasó por la tienda de instrumentos musicales y algo en el escaparate capturó su atención -¡No puede ser! -pensó sintiéndose frustrado- no es cierto... Era la guitarra más increíble que había visto en su vida...
Volvió a casa y entró en su habitación sin siquiera voltear a ver su nueva guitarra mientras afuera el fuerte vendaval de invierno levantaba las hojas de la banqueta y las hacia volar tras la ventana...
Felices reflexiones...
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