domingo, 1 de enero de 2012

La mejor guitarra...

Pasaba todas las mañanas por enfrente del escaparate y la veía, y soñaba con ella... a veces incluso le hablaba... era la guitarra que lo tenía loco desde hacía ocho meses. Le encantaba imaginar lo que se sentiría tocarla, tenerla entre sus manos y extraerle la música que llevaba dentro.  Un día había entrado a la tienda y había preguntado el precio al encargado  "Veinte mil pesos"  le había dicho el hombre, y desde ese momento se había dedicado a ahorrar,  a dar clases de música,  a cuidar a los  odiosos perros del vecino e incluso a sus hijos, a recopilar cualquier clase de materiales reciclables y a hacer todo tipo de trabajos que le permitieran por fin reunir la cantidad para comprarla. 
Al fin llegó el día y sonrío al ver el dinero frente a él... -¡hoy será mía!  -pensó-  y salió feliz silbando mientras caminaba hacia la tienda.
     --Vengo por la guitarra del aparador ,   le dijo al hombre, y acto seguido éste se apresuró a ir por ella para ponerla en su estuche y entregársela.
     --Felicidades hijo, has hecho una maravillosa elección  -dijo el hombre-  espero que la disfrutes mucho; es una guitarra maravillosa de un fabricante muy prestigiado.


Tomó el estuche y lo recorrió con la palma de la mano, sus ojos brillaban y se sentía 
extático. Por fin tenia lo que tanto anhelaba y el hecho le causaba una felicidad muy particular.  Volvió a casa y como era sábado y no tenía gran cosa que hacer pasó la tarde ahí tocando la guitarra mientras los perros lo oían echados a sus pies.  Finalmente salió a cenar con amigos contándoles sobre su adquisición feliz y emocionado. Un poco después de la media noche regreso a casa y se metió en la cama lanzándole una última mirada a la guitarra que estaba recargada sobre la pared junto a su cama.
Al día siguiente abrió los ojos y la vio... 
    --Es la mejor guitarra del mundo  -pensó-  después se levantó se puso la ropa deportiva y salió a correr como todas las mañanas. 
Al dar la vuelta en la esquina pasó por la tienda de instrumentos musicales y algo en el escaparate capturó su atención   -¡No puede ser!  -pensó sintiéndose frustrado-  no es cierto...  Era la guitarra más increíble que había visto en su vida... 
Volvió a casa y entró en su habitación sin siquiera voltear a ver su nueva guitarra mientras afuera el fuerte vendaval de invierno levantaba las hojas de la banqueta y las hacia volar tras la ventana...


Felices reflexiones...









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