Reflexiones, anécdotas, cuentos y cosas que pienso y siento...
martes, 13 de septiembre de 2011
Andanzas Fatales...
En mis andanzas por el fascinante mundo de la publicidad una aventura memorable sin duda alguna fue ser supervisora de cuenta de Méxicana de aviación. Trabajaba yo en el equipo de Irene Medina y Felipe Bermejo en McCann Erickson que aquellos días se ubicaba en la esquina de Londres y Sevilla en la Zona Rosa, pero como el estacionamiento era insuficiente para el número de empleados me dieron una pensión en el del Palacio de Hierro unas cuadras más adelante. Todos los días llegaba temprano, dejaba el coche en el valet de la tienda y emprendía la caminata a mi oficina pasando por esos maravillosos puestecitos que vendían tamales y atole o café, ropa de segunda mano, cd's y videos piratas, en fin, lo que se imaginen ustedes era posible conseguirlo en esas 3 cuadras de recorrido y claro después había que rematar el folklórico paseito con el "paso de la muerte" del cruce de Avda. Chapultepec, juro que hacer eso con tacones bien podría ser considerado como deporte extremo...
El edificio era una cosa especial, sobre todo considerando que había quedado dañado por el temblor del 85 y nos divertíamos poniendo canicas en el suelo para ver como rodaban hasta chocar con la pared. Los elevadores eran tema de diario pues se descomponían tiro por viaje y había que andar por las escaleras ... a eso debo el haber conocido a una de mis más queridas amigas en la vida... Fina Arenas qué estaba entonces en el equipo de arte de Coca Cola.
Fina y yo nos cruzábamos siempre pues había que subir varias veces al día a dejar las ODT's al piso 10, que esperanzas que todo fuera computarizado y en red... no señor eso era ¡old school! asi que empezamos por saludarnos, luego por platicar y finalmente un día nos fuimos a comer para de ahí en adelante sin importar dónde estemos o qué hagamos continuar esa maravillosa amistad que le debemos a los elevadores descompuestos.
En esa época en que la licuadora de Xola era aún el emblemático hogar de la hoy extinta aerolínea teníamos nuestras típicas juntas cliente-agencia con mi Jefa Nina Arreola Q.E.P.D. y Connie, mi querida ejecutiva... pasabamos hooooras oyendo al cliente y tratando de entenderlo por que esa era la época en que la publicidad que hacíamos era tan profunda que consistía básicamente en lo siguiente: Los altos ejecutivos de parte del cliente despertaban- veían en el periódico que había publicado Aeroméxico - Sacábamos un anuncio de contra ataque al otro día... era una publicidad totalmente reactiva y recuerdo -como si fuera ayer- un anuncio que era prácticamente inentendible para los mortales comunes; hablaba de algo sobre las comisiones de los agentes de viajes y mencionaba porcentajes y cosas así, pero la cuestión es que NO estaba publicado en Turistampa o Boletín Turístico, estaba en Excelsior, Universal y Novedades. Aún recuerdo haber preguntado al cliente al día siguiente en tono de broma... ---- Y qué mañana sacamos uno con la explicación del de hoy ¿no? jaja tal vez no debí haberlo hecho pero es que era de verdad ridículo. El caso es que esa cuenta nos hacía la vida realmente difícil por que una cosa es que de repente haya bomberazos... pero que el bomberazo sea a diario ya es diferente, y yo con mis 26 años maldecía el momento en que había dejado mi maravilloso empleo como Gerente de Publicidad en el Hotel Nikko, era una sensación como de haber pasado de reina a esclava en un día sin previo aviso, aunque eso sí con un mucho mejor sueldo... Lejos estaban aquellos días de disfrutar panecillos de Room service, de escaparse a la alberca para pensar sobre alguna decisión o proyecto o de recorrer a pie el Pasaje Polanco con Victor Hugo Betancourt para conseguir los props de la sesión fotogràfica del próximo número de Preludio...
La aventura McCann duró solamente unos 8 meses, y aún cuando el mismísimo Peter Economides me citó en su oficina y me dijo que si me quedaba prometía moverme de esa "Shitty account" mi decisión estaba tomada, y una semana después estaba volando a Los Angeles para tomar la capacitación de LA Times, visitar las oficinas de Globe Media y aprender más sobre mi nuevo empleo.
Si bien mi estancia en la agencia fue corta debo confesar que lo disfruté bastante. Quizá hubiera sido mejor que de agencia pasara a ser cliente y no al contrario, como sucedió en mi caso pero es un hecho que aprendí muchísimo y que fue una excelente experiencia para aprender a no achicopalarse con nimiedades, ni con bomberazos, ni con clientes enloquecedores, ni con elevadores descompuestos, ni con incomodidades como el cruce de Avda. Chapultepec, para aprender a pensar más, para ver diferentes ángulos y percepciones de la misma idea... Trabajar en McCann fue sin duda un privilegio que hoy aquilato en su peso justo.
Hoy Mexicana ha dejado de volar, McCann tiene unas nuevas oficinas "State of the Art" en Sta. Fe en las que los elevadores probablemente nunca se descomponen y yours truly está a punto de irse a la alberca en un soleado día más de Cabo, C'est la vie...
* Probablemente dirán:
---Bueno y todo esto a nosotros ¿qué nos importa?
Pues nada pero es que leer los twitts de @RulCardos me recordó esa época...
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