lunes, 22 de abril de 2013

Lo que le hubiera dicho a Isabel...


Fui bendecida en la vida con dos hijos preciosos a los que amo profundamente y un hermano al que también quiero mucho, pero no tengo hermanas ni tampoco tuve hijas. Si hubiera tenido una hija me hubiera gustado que se llamara Isabel.

Hoy mientras manejaba por la transpeninsular oía un programa de radio en el que hablaban de las relaciones entre hombres y mujeres... nada raro el tema, de como cada día es más dificil para los jóvenes y los  ya no "tan jóvenes" encontrar pareja y tener relaciones estables. De pronto por alguna razón me empecé a preguntar si yo hubiera tenido una hija y en este momento fuera una adolescente ¿qué le diría al respecto? qué consejos le daría de acuerdo con mi experiencia, qué trataría de inculcarle,  qué ejemplo quisiera que viera de mi como mujer y así seguí pensando y de repente me descubrí con una sensación que nunca me había alcanzado y pensé que en realidad sí me hubiera gustado tener una hija.  Probablemente en este momento de su vida yo sería su peor pesadilla, le restringiría las salidas, la cuidaría y trataría de que se formara un concepto lindo y sano de las relaciones entre los hombres y mujeres. 
Mi concepto de los hombres y las relaciones de pareja en realidad es bueno, y es lindo porque tuve la fortuna de vivir en una familia en la que mis padres a los 47 años de casados se siguen amando, aún van al cine de la mano, viajan juntos, se esperan con ansia, se miran con ojos de amor y utilizan palabras dulces para hablarse entre ellos; también tengo la suerte de estar casada con un hombre que a lo largo de 18 años de matrimonio ha vivido tratando de darme gusto, procurándome y haciéndome sentir que soy única y especial, la mujer de su vida. Soy afortunada, lo sé. No tengo experiencias malas de hombres que abandonan, que relegan, de hombres violentos o con vicios que devoran, que lastiman, que relegan o subyugan.

Seguramente Isabel sabría todo esto,  quizá para estas alturas tendría novio y a veces lloraría, a veces reiría como loca y otras se enojaría con él. Probablemtente  algunos días yo pensaría "esta hija mía es una loca peligrosa"  y otros  " wow es tan Bonita e inteligente, mucho más que yo..." sin duda a veces le gritaría y la regañaría y ella me odiaría pero otras la abrazaría y le prestaría mi ropa o zapatos, la llevaría de compras y al salón por que seguro ella sí se peinaría jajajaja. Le diría muchas cosas, unas con palabras, otras con mis actos, y algunas solo con verla pero creo que el mensaje sería algo así:

Isabel, 
La vida es hermosa, es el regalo más maravilloso aún cuando a veces no la comprendamos y nos de  momentos difíciles. A veces te tocará ganar y otras perder pero aún entonces saldrás ganando en experiencia, en conocimiento del mundo y de ti misma si pones atención. Algunas veces te equivocarás de mil formas pero eso no debe ser lo que te marque sino el empeño de siempre volver al camino correcto por más mal que lo hayas hecho. Ama mucho, empieza por amarte a ti y de ahí saldrá el amor a los demás, quiérete y acéptate como eres pero siempre trata de ser mejor. Cuídate, respétate y nunca hagas nada que vaya en contra lo que crees. Aprende  y disfruta de ser mujer por que es maravilloso y divertido pero te advierto que a veces no es fácil;  aprovecha todas las oportunidades que la vida nos da hoy y que tantas mujeres no tuvieron en el pasado, persigue tus sueños con pasión y nunca dejes de hacerlo. Las demás mujeres son tus hermanas, aprende de ellas, lo que es bueno y detecta lo que es malo, defiéndelas y ayúdalas cuando lo necesiten.
Uno de los más lindos descubrimientos que la vida nos ofrece es conocer al sexo opuesto, apreciar las diferencias que tenemos con ellos y la manera tan maravillosa en que nos complementamos. Abre bien los ojos cuando escojas a alguien y si decides amarlo que siempre valga la pena... siente, vibra, entrega. Amar es un regalo que nos damos y le damos al hombre en cuestión. Da siempre lo mejor de ti, se honesta contigo y con el otro y por lo que más quieras mete la cabeza, el corazón por sí sólo suele no ver lo que la mente es rápida en detectar y también suele ser o hacerse el sordo a sus observaciones y generalmente ese mal hábito trae consecuencias desastrosas... A veces el amor acaba, a veces las personas cambian y si eso pasa trata al otro como quisieras ser tratada,  guarda tus recuerdos lindos, tira al precipicio lo malo y sal de ahí para seguir tu vida.
Si alguien te ofende o lastima perdona y olvida pero aprende la lección...Y finalmente como diría tu abuelo brilla siempre como el sol, que para todos sale y ten fé en Dios en la eficacia del bien y en ti misma...

Seguramente algo así le hubiera dicho a Isabel...



Felices reflexiones..

sábado, 13 de abril de 2013

Así de repente...


Son las 6 de la tarde y mi hijo Pat (13) junto con su mejor amigo Mateo (14) entran para decirme que si pueden sacar una mesa donde poner la computadora para poner música en el garage. les digo que sí, después entran para decirme que ya le avisaron a la vecina lo que van a hacer y me informan que estuvo de acuerdo. Cabe aclarar que vivimos en un club prácticamente a 100 metros de la puerta, todo mundo pasa por enfrente de mi casa así que Pat y Mateo se dedican a invitar a cuanto niño ven y acto seguido me informan que si está bien hacer una fiestecita como de 20... Perfecto ¿y mi cine y Oblivion y Tom Cruise????, además no hay refrescos, ni botanas, ni nada y encima no estoy en el mood de meter 20 chamacos a mi casa y oir mezclas de música electrónica que literalmente me puede enloquecer en menos de 20 minutos. Empiezo mi discurso... "esas cosas se planean con tiempo... bla bla bla  de pronto veo sus caras, ilusionadas y felices y entonces recuerdo lo increíble que es hacer cosas así de la nada y como generalmente, salen bien.
Siguiente escena los tres en el súper comprando cosas para la fiesta, y mi marido sacando su coche para que tengan más espacio; Acto seguido les leo la cartilla diciéndoles que las 10:30 se acaba el numerito y cada quien a su casa y  si no llega nadie a las 9 nos vamos al cine y mejor suerte pa' la próxima. 
Pero a las 8 empiezan a llegar los chavos, claro... los amigos del hermano mayor, total para no hacerles el cuento largo desde hace una hora estoy oyendo un repertorio memorable de mezclas que, Dios sabe, no son lo mío. Pero mi hijo está feliz y como es su costumbre me ha recordado el valor de la espontaneidad que tan de la mano va con una de mis cosas favoritas... Las sorpresas.
Cuántas veces nos ha pasado que alguien nos llama o nos manda un mensaje o aparece en la puerta de nuestra casa para invitarnos a hacer algo así en ese momento y resulta que decimos sí y la pasamos excelente.
Recuerdo que cuando mi cuñada Claudia se fue a vivir a Estados Unidos, una de las cosas que decía extrañar más era precisamente el no poder aparecerse en casa de la vecina sin previa cita o aviso telefónico. Esto lo llevaría yo incluso a otros terrenos, me parece que a veces con la edad olvidamos lo maravilloso que es ser espontáneos, "caerle" a un amigo sin avisarle,  decirle a una desconocida en la calle que nos encanta su vestido, o su pelo y sonreír ante su cara de sorpresa,  llamar a alguien a quien hace tiempo no vemos solo por el gusto de hacerlo o mandarle una carta o un mail con un video, o simplemente decir algo que sentimos de pronto sin pensárnoslo demasiado.  
La vida está hecha de pequeños detalles y  frecuentemente justo esos que no estaban en el programa son los mas memorables.

Felices reflexiones...

martes, 9 de abril de 2013

El poder del apapacho...

 Durante la comida de la amistad de la Cámara de comercio española, el embajador, dijo:
"Usando una palabra muy mexicana diré que siempre me he sentido muy apapachado por México"
entonces me acordé de este texto y de lo increiblemente lindo y necesario que es el apapacho en la vida.


Nací en una familia de apapachadores profesionales encabezada por mi padre, pero mi madre aunque más sargentona no se quedaba atrás. Nunca se escatimó en el intercambio de abrazos, besos y elogios.  Recuerdo que mi padre me decía "mira, siempre que pases junto a mi dame un beso"  y me hacía reír. En las mañanas aún cuando ya iba en prepa llegaba a despertarme  y me hacia masajito en los pies y cosquillas hasta que me enloquecía y acababa levantándome con un fuerte Arggggggg yaaaaaaa!. 
Obvio es que con el paso de los años, y tan malos ejemplos, me convertí también en una apapachadora... que para fines prácticos es la persona a la que le gusta el contacto físico... Me encanta abrazar a las personas, o tocarlas en la espalda o en la mano, porque amo sentirlas. Se que hay muchos a quienes no les gusta y por supuesto lo respeto. Hace algunos años cuando vivíamos en el Caribe mi amiga Jennifer un día me dijo "I'm Canadian, I don't kiss and I don't hug"  y yo le dije "I'm Mexican y te amuelas chiquita" y me hacía gracia que si te le acercabas se ponía como tiesa y estresada. 
Otra amiga mía no soporta que le toquen la cabeza y uno más los pies... ufff tan delicioso que es un masaje en esas partes del cuerpo, pobrecillos.
Obviamente los patrones de contacto físico obedecen ciertos aspectos culturales pero habiendo sido expatriada en una isla llena de personas de muchos países diferentes, creo que en mayor o menor medida, todos los seres humanos disfrutamos esa magia del contacto físico casual que nos hace sentir cercanos y apreciados aunque a veces sea por personas a quienes conocemos poco.
Cuando mis hijos nacieron me importaba un comino eso de que "si lloran no los cargues, que luego se acostumbran" yo siempre pensé,  "serán bebés poco tiempo y luego nunca podré volver a comérmelos a besos y mecerlos bailando", así que los pobrecitos tuvieron que soportar mi terapia de apapachos pero creo que les gustó y ambos lo disfrutamos aunque hoy ni siquiera lo recuerden.
Un abrazo solidario, una palmada en la espalda para el ánimo, un beso inesperado en la mejilla que nos reafirma y nos hace sentir bien...
Esto de apapachar va más allá de lo físico, incluye compartir tiempo, compartir tus ideas, conversar y escuchar a los demás, cumplirles sus gustos; así que para quienes no quieren ser tocados nos quedan las palabras y las acciones.
Incluso la ciencia ha probado que recibir apapachos y muestras de cariño nos hace más abiertos, más empáticos, menos temerosos de los otros;  al final del día es lindo dar cariño;  pero hay que aclarar algo, no esperen que el apapacho siempre venga de vuelta inmediatamente ni que venga de la persona a quien se lo damos, pero no por eso será menos importante ni necesario, al contrario nadie está tan necesitado de cariño como aquel que no puede darlo. Mi padre dice  que nadie puede dar lo que no tiene, y que debemos ser grandes como el sol que para todos brilla; a veces cuesta pero es cuestión de práctica.
Uno de los mejores recuerdos de mi infancia es el de "los miércoles Arellano",  un día mi papá decidió que los miércoles no iría a trabajar y se dedicaría a hacer cosas con mi madre. La llevaba a comer a lugares lindos y luego al teatro o al cine o a pasear. Todo mundo sabía que los miércoles no se le podía molestar y no atendía a nadie, yo creo que era un gran detalle que contribuyó a fomentar la cercanía entre ellos que hoy están cerca de cumplir 52 años de matrimonio y aún provocan miradas de envidia cuando caminan de la mano por la calle.
Pasaron los años y ¿qué creen? pues sí,  me casé con otro apapachador, medio salvaje, pero que también ama caminar conmigo de la mano, bailar pegados y abrazarme. Demostrar cariño con un beso, con palabras dulces, un abrazo apretado, o unas palmadas en la espalda hace del mundo un mejor lugar; abracémonos más, sintámonos más en lugar de señalar defectos y actuar como jueces, Como diría Emmanuel hay que arrimar el alma, y el cuerpo, al de los otros y vernos en sus ojos...


Felices Reflexiones...