jueves, 28 de mayo de 2015

La verdad sobre el caso del gato muerto...







Miércoles en la noche y como cada cierre de edición, yo dándole vueltas a la idea para escribir mi carta editorial. Nunca lo hago antes de haber leído las tres entrevistas de cada número y de pensar en todo lo que esos personajes compartieron con nosotros, en sus anécdotas, sus caras, sus risas...  En esta ocasión teníamos a dos chavos organizadores de un evento TEDx* en el artículo de portada. Pensé entonces en esas conferencias maravillosas que la mayoría de nosotros hemos visto que Richard Saul Wurman y Harry Marks iniciaron en 1984. Miré varios videos de estos amiguitos para saber un poco más de ellos y ver qué se me ocurría. Wurman resultó ser un viejito muy chistoso y ameno y mientras lo oía hablar sobre la importancia del humor para la capacidad intelectual, de las ideas y cómo sugería que las pruebas de IQ debían sustituirse por unas que midan el humor de la persona; de pronto Click, llegó a mi mente... La curiosidad NO mató al gato, y de pronto me pregunté quién rayos había tenido esa idea absurda, solo quien está muerto puede dejar de preguntarse cosas o no desear saber más sobre lo que juzga interesante. Me pregunté de dónde habría salido eso, y como a veces hago, lo puse en un tuit y en mi estado de FB sin buscarlo más y me fui a dormir sabiendo que había encontrado  título para mi carta.
Al otro día una de mis amigas, que es curiosa por naturaleza y a quien le encanta investigar las cosas que llaman su atención, comentaba que aún cuando no sabía el por qué de mi post, se había dado a la tarea de buscar el origen de la frase y he aquí lo que encontró:

La curiosidad mató al gato proviene de una expresión inglesa del siglo XVI “care kills a cat” (“La preocupación mata al gato”). Originalmente advertía que preocuparse en exceso no es demasiado bueno porque, a pesar de que tengas 9 vidas (como un gato), te podría llegar a matar. Con el tiempo, la palabra preocupación (“care”) se convirtió en curiosidad (“curiosity”), y por esas incomprensibles vueltas que dan los refranes (habitualmente gracias a algún letrado con poca letra), nos quedamos con que los gatos son curiosos y que la curiosidad mata, aunque lo que realmente mate sea la preocupación.*
"¡Obvio!" fue lo único que cruzó por mi cabeza en ese momento. La curiosidad, del latín Curiositas es la intención de descubrir algo que uno no conoce, constituye una conducta natural, es parte de el instinto que compartimos con los animales y está impresa en nuestro código genético y si bien veces puede ser considerada como un hábito negativo de las personas. El refrán  obviamente asocia la curiosidad al interés malsano o a querer averiguar algo que en realidad no nos incumbe, es decir lo que vulgarmente llamaríamos " ser chismoso". Sin embargo está claro que la curiosidad es esa fuerza que nos lleva buscar cosas nuevas, que impulsa la creatividad, la investigación y que nos hace traspasar fronteras en todos los campos del conocimiento y la actividad humana, nos empuja a ir más allá de lo que es aparente a simple vista.  Es esa maravillosa capacidad de cuestionarnos continuamente las cosas y, en gran medida, la responsable de detonar intereses y descubrir vocaciones, y hace crecer al cerebro.
Por el contrario, la preocupación,  comúnmente llamada hoy estrés, es capaz de acabar con cualquiera y es hoy en día, una de las principales causas de las afecciones modernas, ayudada muy de cerca por la apatía, la falta de interés y la desesperanza. Estoy segura de que eso mataría no solo al gato, sino a cualquier animal en esta tierra.
Así que la próxima vez que alguien les diga que la curiosidad mató al gato, sáquenlo de  su error y díganle que la evolución de la vida en este planeta,  prueba más allá de cualquier duda razonable, que la curiosidad nunca mató al gato, y por el contrario lo mantuvo vivo.

Felices reflexiones...




martes, 12 de mayo de 2015

Gente tóxica...Especímenes a evitar.






Hoy me topé con un personaje peculiar, de esos que después de un rato de hablar con ellos te hacen preguntarte si el amiguito se habrá tomado sus medicamentos en la mañana.
Les cuento: resulta que este amigo nos señaló en la página de fb de la revista donde trabajo, que en una de las entrevistas había algunos datos incorrectos. Contesté el mensaje diciéndole que si había información incorrecta, obviamente publicaríamos una fe de erratas en el próximo número y en redes sociales. Total, lo empecé a ver medio intenso en sus comentarios y con la intención de tranquilizarlo y hacer más personal la cosa lo llamé por teléfono para darle libertad de expresar su enojo y escucharlo. Gran error...Tras una plática de por lo menos 10 minutos,  en las que constantemente me recalcó sus logros personales como alpinista y los de todos sus amigos  y contarme como casi había muerto en una escalada... bla bla bla...me disculpe diciéndole que tenía que colgar pues tenia una entrevista y prometí corregir la información.  Si hasta el NYT hace fe de erratas, como por qué nosotros no las haríamos, nadie es perfecto y si nos equivocamos lo aceptamos con humildad y no pasa nada. otros 2 lectores también me hicieron comentarios en el post de la edición diciéndome lo mismo y que ojalá lo aclaráramos, les contesté que lo haríamos y ahí acabó todo
Al salir  encontré una serie de mensajes  en los que básicamente me reclamaba, amenazaba y me llamaba mentirosa.  Ahí entendí que A)Era muy probable que el tipo odiara a la entrevistada y B) tenía una necesidad loca de atención y básicamente —pardon my French— de hacerla de pedo por cualquier cosa y sin importar lo que hiciera o dijera, nada lo haría feliz. Pretendía que hiciera lo que él quería a la hora que él quería. 
La cuestión es que el incidente me recordó que muchas veces encontramos este tipo de personas en la vida, esas que  como dicen por ahí de algunas mujeres  "son tan complicadas que cuando llega el príncipe azul, resulta que no era del tono de azul que querían". Personas que a veces nos caen bien o incluso consideramos nuestros amigos, pero que invariablemente nos roban la energía porque nada les parece, siempre reclaman, siempre tienen quejas y hasta cuando tratamos de ser amables y de darles gusto quedamos mal... piénsenlo, les aseguro que todos tenemos uno en nuestra historia.
La vida me ha enseñado que en su mayoría estos especímenes no cambian y a veces nos tardamos en darles pista porque nos da un poco de pena ver que están ávidos de que alguien les preste atención pero una vez que la consiguen invariablemente se vuelven tiranos. Lo mejor es alejarse, dejarlos pasar y que sigan su camino y por supuesto, como a los toros, NUNCA hay que atacarlos de frente.
Así que ya saben, si se topan con uno de ellos guarden la calma, saquen el capote, aléjense y cuéntenselo a quien más confianza le tengan de preferencia al calor de unos alcoholes.


Felices reflexiones...






sábado, 9 de mayo de 2015

Regalos para mamá

Soy mamá de dos chavos de 18 y 15 años y puedo decir sin reservas que he disfrutado enormemente la experiencia de ser madre y verlos crecer, aún cuando jamás he sido niñera y nunca fui de las que querían tener hijos desde chica. Soy una mamá normal, con virtudes y defectos como cualquier otra, con mi estilo particular y seguramente me he equivocado miles de veces, pero mi única intención ha sido siempre criar hijos felices que se conviertan a su vez en adultos felices y útiles para ellos mismos y para la sociedad.
Con respecto a los regalos del día de las madres creo firmemente que los más sorprendentes se acaban una vez que los chicos dejan la primaria, cuando ya no hacen dibujos y cositas como servilleteros, portarretratos, collares de frijoles, poemas o flores de alambre que nos llevan a la cama y nos entregan con una sonrisa y mucho orgullo mientras ven nuestras caras embobadas. 

Sin embargo existen ciertos regalos que nuestros hijos nos dan muchas veces sin siquiera saberlo y que son, por mucho, de mis favoritos. No caben en una caja, ni van en una envoltura divina; pero calientan el corazón y nos hacen sentir felices de una forma especial. Estos regalos son cosas como los comentarios que de pronto alguien te hace de "Me encontré a tu hijo y me ayudó a cargar unas cajas, siempre tan lindo", "tu hijo fue el único que se levantó  a saludarme hasta donde estaba" o "vengo a devolver esto que me prestó tu hijo". Detalles como el que durante  la comida de pronto tu hijo se levante como resorte para exprimirte limón en el pescado sin que tú siquiera lo esperes o mensajes de whatsapp que dicen "Te amo ma"
Los mejores regalos son las cosas inesperadas que nos hacen ver quienes son realmente esos seres a los que parimos, cosas que a veces nos sorprenden y nos dejan pensando que todos los gritos y sombrerazos, las lágrimas, los desvelos y hasta las nalgadas han valido la pena.

Hace unos días mi hijo Pech me preguntó  "Ma, qué quieres de día de las madres"... hoy meditando mi respuesta di con las cosas que en realidad quiero de día de las madres 

Quiero que luchen por lo que quieren, que sigan sus sueños y se esfuercen por lograr las cosas importantes para ustedes, que luchen contra viento y marea para alcanzarlo. Odiaría saber que no le echaron ganas a algo cuando realmente lo querían o lo abandonaron por flojera, mediocridad o porque alguien les dijo que eso no era lo que deberían hacer. Se vale cambiar de ideas y objetivos si descubren que no era lo que en verdad querían, lo que no se vale es abandonar porque les faltan pantalones para hacerlo. 

Quiero que rían; que nunca se tomen demasiado en serio porque no importa que tan inteligentes, importantes o buenos sean, al final del día la vida se acaba y las risas que no salieron son una gran perdida para ustedes y para todos los que están a su alrededor.

Quiero que amen que sean compasivos y humildes, que sepan ponerse en el lugar de los otros y que jamás sean indiferentes, nada me haría más infeliz que saber que mis hijos tienen un corazón de piedra  que no se conmueve ante las injusticias o el dolor ajeno. 

Quiero que sepan comprometerse, con ustedes mismos y con los demás porque la vida sin compromiso es como una barca  en el mar sin causa ni destino. Ir cumpliendo compromisos y alcanzando metas es la mejor manera de empoderarnos, de sentirnos bien con nosotros mismos y de darnos cuenta de todo el potencial que tenemos.

Y por último...

Quiero que sean felices, que se esfuercen cada día de su vida por no permitir que nada ni nadie empañe su felicidad. Si bien la vida está llena de retos y a veces problemas y cosas tristes,  nada me haría más feliz a mi, que saber que escogen ser felices, optimistas y positivos por más difíciles que sean las circunstancias. La vida es un regalo maravilloso llena de claro oscuros, días de lluvia y días de sol a veces todo se ve negro pero nunca olviden que el sol siempre sale y un nuevo día comienza.

Esas son las cosas que en realidad quiero de día de las madres mañana y cada año hasta el final de mi vida. 

Si quieren darme algo material... un ramo de flores siempre me hará feliz.