martes, 12 de mayo de 2015

Gente tóxica...Especímenes a evitar.






Hoy me topé con un personaje peculiar, de esos que después de un rato de hablar con ellos te hacen preguntarte si el amiguito se habrá tomado sus medicamentos en la mañana.
Les cuento: resulta que este amigo nos señaló en la página de fb de la revista donde trabajo, que en una de las entrevistas había algunos datos incorrectos. Contesté el mensaje diciéndole que si había información incorrecta, obviamente publicaríamos una fe de erratas en el próximo número y en redes sociales. Total, lo empecé a ver medio intenso en sus comentarios y con la intención de tranquilizarlo y hacer más personal la cosa lo llamé por teléfono para darle libertad de expresar su enojo y escucharlo. Gran error...Tras una plática de por lo menos 10 minutos,  en las que constantemente me recalcó sus logros personales como alpinista y los de todos sus amigos  y contarme como casi había muerto en una escalada... bla bla bla...me disculpe diciéndole que tenía que colgar pues tenia una entrevista y prometí corregir la información.  Si hasta el NYT hace fe de erratas, como por qué nosotros no las haríamos, nadie es perfecto y si nos equivocamos lo aceptamos con humildad y no pasa nada. otros 2 lectores también me hicieron comentarios en el post de la edición diciéndome lo mismo y que ojalá lo aclaráramos, les contesté que lo haríamos y ahí acabó todo
Al salir  encontré una serie de mensajes  en los que básicamente me reclamaba, amenazaba y me llamaba mentirosa.  Ahí entendí que A)Era muy probable que el tipo odiara a la entrevistada y B) tenía una necesidad loca de atención y básicamente —pardon my French— de hacerla de pedo por cualquier cosa y sin importar lo que hiciera o dijera, nada lo haría feliz. Pretendía que hiciera lo que él quería a la hora que él quería. 
La cuestión es que el incidente me recordó que muchas veces encontramos este tipo de personas en la vida, esas que  como dicen por ahí de algunas mujeres  "son tan complicadas que cuando llega el príncipe azul, resulta que no era del tono de azul que querían". Personas que a veces nos caen bien o incluso consideramos nuestros amigos, pero que invariablemente nos roban la energía porque nada les parece, siempre reclaman, siempre tienen quejas y hasta cuando tratamos de ser amables y de darles gusto quedamos mal... piénsenlo, les aseguro que todos tenemos uno en nuestra historia.
La vida me ha enseñado que en su mayoría estos especímenes no cambian y a veces nos tardamos en darles pista porque nos da un poco de pena ver que están ávidos de que alguien les preste atención pero una vez que la consiguen invariablemente se vuelven tiranos. Lo mejor es alejarse, dejarlos pasar y que sigan su camino y por supuesto, como a los toros, NUNCA hay que atacarlos de frente.
Así que ya saben, si se topan con uno de ellos guarden la calma, saquen el capote, aléjense y cuéntenselo a quien más confianza le tengan de preferencia al calor de unos alcoholes.


Felices reflexiones...






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