miércoles, 27 de abril de 2011

Ilusiones de mar

Las encontré en la arena de la orilla del mar  eran mis ilusiones... mis deseos más profundos y las quise guardar, en canastas, en frascos y decorar con ellas cada rincón del tiempo.
Y así pasó la vida y se fueron cumpliendo aunque algunas quedaron colgadas del tintero pero al llegar la hora de regresar a casa un día tomé los frascos y también las canastas, saqué los  caracoles  y pensé fui feliz y ahora les toca a ellos... A esos que ya vienen a estar donde yo estuve y llegarán con sueños igual que yo los tuve.
Tomé los caracoles y los devolví al mar pensando en lo vivido, en las palabras dichas; en las puestas de sol, en los buenos amigos; los brindis y los besos, los momentos que hoy rompen el silencio con los ecos del mar donde dejé empeñada una parte de mi alma, momentos de mi vida que hoy solo son recuerdos. Hoy pienso en todos esos que ocupan mi lugar que recorren la playa buscando entre la arena sus nuevas ilusiones que algún día fueron mías y que devolví al mar para que hoy sean de ellos.

martes, 26 de abril de 2011

El mejor piropo

Tengo el placer de llevar 25 años compartiendo la vida con una mujer que me divierte, me entiende, me regaña, me echa porras, y es al final del día una hermana que la vida me dio a falta de una biológica. Hace 2 años empezó a caminar y  yo  a veces la acompaño  para arreglar el mundo en 45 minutos, reírnos, reflexionar, meditar etc. y luego volver a la realidad. Aquí les comparto esta nota que ha escrito sobre sus caminatas. Espero que la disfruten y se rían tanto como yo lo hice...

Yolanda


"EL MEJOR PIROPO"
POR: MARCELA RIVERA
         27.03.11
“Hora Inspiracional” 5:50 am (sigh!)

He de confesar que el ejercicio, no es lo mío. Nop, Dios no me proveyó de un cuerpo que gozara del beneficio de la coordinación motriz, pero si de una flojera absoluta para mover mi cuerpo de cualquier forma que requiera ritmo y cierta coordinación. Lo intente todo a lo largo de mi vida: Correr, jugar tenis, equitación, aerobics, natación, golf, etc. Lo único que me gustaba era la gimnasia olímpica, ya que la idea  de volar haciendo piruetas por el aire me parecía (y me sigue pareciendo) fantástica y liberadora…NUNCA lo logre. Mis pies no se despegaron del piso salvo una o dos ocasiones…Que tristes recuerdos!

Bien, así transcurrió mi vida, sin ejercicio (y yo era muy feliz sin el, eh!!!!)…Hasta que se unieron dos factores, que de no haber coincidido probablemente me seguiría haciendo sonsa con eso de “mover el cuerpo”.

El primer factor fue que adoptamos una perra labrador: Tatsi. Cuando la trajimos a la casa tendría aprox. un año. Y lo que nadie me dijo es que el animalito poseía una energía devastadora…literalmente DE-VAS-TA-DO-RA!. La perra simplemente no se podía dejar de mover, rascar, hurgar, morder, y merodear por donde pudiera. Tenerla adentro de la casa era, simplemente, dejar entrar a un huracán. Y como no concibo tener una mascota de azotea (para mi una mascota es OTRA responsabilidad, es decir, un tercer hijo en pocas palabras; sin tomar e cuenta a mis otros dos gatos), pues me vi en la penosa necesidad de tomar la decesión: “He de sacar a esta perra a caminar para que desfogue sus ímpetus y se canse por lo menos un poco”.

Segundo factor: El irremediable paso de la edad. Para cuando llego Tatsi a mi vida ya le andaba pegando a los 40 y por otro lado a los 70…Pero a los 70 Kg. de peso!  Así que la caminada, ejercicio fácil, que llevo a cabo todos los días cuando me auto transporto de un lugar a otro con mis propias patas no debería ser GRAN problema si lo hacia de forma programada y cotidiana durante cierta cantidad de tiempo al día.
Y así lo decidí. Me aplique unos pants, una playera y unos tenis (eso si muy profesionales de caminata, para no hacerme pedazos las rodillas),  y para fuera con la perra y su correa.

Me tarde como 5 minutos en discernir que eso de la correa no era buena idea. Tatsi definitivamente (con todo y mis 70) tenia un entusiasmo, alegría y una fuerza que simplemente no me permitían tenerla controlada…Y a la segunda ampolla, abdique y la deje libre. La primera vez que salimos fue un caos que duro 15 minutos. Yo quede exhausta y ella, como “el viento a Juárez” integra e igual de inquieta el resto del día.

Para la siguiente semana, decidí alargar el tiempo HASTA 20 MINUTOTES. Misma historia: La perra impávida y yo cansada, pero ya no tanto. Además, me percate que no era nada tonta y estaba aprendiendo a “obedecerme” y seguirme cuando se lo indicaba. Era hora de incursionar hacia nuevos horizontes ya que por lo menos yo ya estaba hasta “my mother” de dar vueltas como burro de carga en la pequeña calle en la que vivíamos. “Vamos a conquistar al mundo, me dije un día”, y salimos a las calles de la zona. Donde los verdaderos peligros se encuentran: Coches, banquetas desniveladas, árboles, basura tirada, personas que odian a los perros Y a los dueños de los perros…Y el mas horroroso de todos: El albañil.
En aquel entonces por definición para mi, un albañil, era un “naco ofensivo” que viene con chip integrado para gritarle cosas desagradables y silbarle a las muy delicadas y bellas damiselas que distraídamente pasamos cerca de sus obras…Que horror! Que cosa tan desagradable!

Han pasado algunos años y  con ellos 15 Kg. menos para mí. Por la edad Tatsi esta mas aletargada (por fin). Hoy, y desde hace tiempo, caminamos 1 hora diaria. Por un lado ella me lo pide y por el otro, mi cuerpo se lo exige a mi mente. He tenido muchas experiencias caminando con mi perra. Se ha convertido en mi confidente, me entusiasma la emoción con la que me ve cuando nota que traigo la bolsita de plástico en l a mano para recoger sus cagadotas (perdón, pero no hay otra palabra), ya que sabe que es SU HORA.
Dentro de lo desagradable, ha habido personas que y se ponen verbalmente agresivas por que creen que los perros son para tenerlos encerrados y les molesta que pasemos frente a sus casas, aun mas viendo que la perra va sin correa. Aunque se le note en la carita  a la linda Tatsi  que la pobre, que es mas mensa que mansa  (hasta a los gatos ajenos les tiene miedo), y que seria incapaz de agredir, ladrar o morder  a nadie, como ellos si lo hacen con nosotras. Otros, ya la conocen, a ella  no a mi aclaro, y la saludan con mucho cariño. Los señores que recogen la basura, bueeeeeno, son sus mejores amigos. Los niños de la escuela cercana, no dejan de venir a saludarla y rascarle la panza a través de la reja todos los días. Se ha ganado el cariño de mucha gente. Por que he de admitir que la perra hasta carismática resulto.  En fin…muchos detalles aquí y allá que le dan sabor a las caminatas, pero hay dos que me dan especial alegría en el día.

El primero, que no hay fuente que Tatsi no detecte a 50 metros de distancia y que no aproveche para darse un buen chapuzón. ES INEVITABLE,  y además a la “CHE” perra le causa un delirio de alegría que no le puedo quitar. Obvio, me mete en cada bronca...

El segundo son aquellos “monstruos” con sus horrorosos silbidos  y frasecillas. Si, los albañiles. Confieso que después de 4-5 años caminando regrese a mi peso, como ya dije, y la mayoría de los días me avientan un piropo aquí y allá (muy creativos por cierto). He aprendido a escuchar con otros oídos y mi percepción de “aquellos nacos” a los que consideraba un peligro extremo en un principio, se han vuelto los mejores proveedores de autoestima en mi vida, y por ende hasta cuates los considero.

Definitivamente no hay mejor frase  más creativa y halagadora, ni piropo más sincero que un buen silbido de un albañil para que mi día sea completamente feliz. No puedo evitar sonreír y agradecerlos cuando los recuerdo…


FIN
Tatsi, my BFF!

El 20, el 30 y el 40

Oía sus palabras que caían no en sus oídos sino en el hueco de su estómago resonando como una gota necia que golpea la superficie en un lavabo una y otra y otra vez... "¿Qué estoy haciendo aquí?" se preguntaba ella..."No vengo al caso"... y le cayó el 20 y el 30 y el 40... y fue como agua helada en la cara y entonces supo... Supo perfectamente que hay lineas que no deben cruzarse, puertas que están mejor cerradas, mundos que no debía explorar... quizá siempre lo había sabido pero cerraba los ojos.
Y la pregunta era ¿qué hacer con lo ya dicho con lo ya sentido, con lo ya llorado?
pués lo mismo de siempre... besarlo y olvidar

viernes, 15 de abril de 2011

Una mujer Fatal...

Debo aceptar que después de tantos años de conocerme he caído en cuenta de que soy una mujer Fatal.

Soy Fatal para coser,  Fatal para planchar, Fatal para olvidar y en realidad odio hacerlo por que no sé hacerlo bien y me enerva la mediocridad.  También soy Fatal para seguir instrucciones al pie de la letra, prefiero averiguar y probar a mi modo aunque me cueste más trabajo y tiempo... y a veces también dolores de cabeza. Soy especialmente Fatal para dejar de querer, es de esas cosas que me cuestan trabajo que me ponen mal y a veces hasta me duele.
Me reconozco fatalmente Fatal para dejar ir, para no soñar despierta, para evitar ser optimista y esperar de los demás cosas que a veces no dan.

Soy terriblemente Fatal para ser puntual, Fatal para pensar mal de las personas y para no pecar de ingenua... (por no decir me paso de...) sobra decir que esto me ha ocasionado males cardiacos...  y no precisamente  fisiológicos sino más bien espirituales... Soy Fatal para evitar amar la sensualidad, el arte, la belleza, para dejar de amar la vida aún con todos los males y problemas de este mundo ... Fatal para no desconcentrarme y seguir mis pensamientos locos como mariposas que revolotean a mi alrededor y me llevan a otros mundos que me hacen reír y llorar. Soy Fatal para tantas cosas... algunas buenas y otras malas pero no     puedo evitarlo y sé que soy simplemente una mujer Fatal.

miércoles, 6 de abril de 2011

¿Cómo se vive sin mar?

Te me metiste en los huesos, en la mente, en  la piel  y por eso vuelvo siempre para arrojarme en tus brazos que extiendes para  llevarme  envuelta en  un velo blanco que usas para seducirme haciéndome así pensar que ningún daño me harás. Desplegando frente a mí tu inolvidable belleza que mi mente no abandona ni aunque vaya me tan lejos.
¿Qué me diste? , ¿Cuándo fue?, cómo sucedió de  pronto que aunque no me percaté la voluntad  me robaste y me descubro corriendo descalza sobre la arena para entregarme cual soy.
Pero es  en ese momento cuando llego hasta tu orilla que  me detengo de pronto y no me atrevo a  ir más allá…  entonces para ablandarme me acaricias  suavemente para inspirarme confianza aunque sé que quien se arriesga  puede de pronto perderse  y hundirse profundamente para nunca regresar .
 Me rehuso  a adentrarme en ti.  Cual amante enloquecido llegas hasta mis rodillas y a veces un poco más… ¡Insolente! eso es lo que eres… un cretino presumido  por que sabes que soy tuya aunque lo niegue a rabiar, y aunque no me entregue a tí… paso la vida pensando…¿ Cómo se vive sin mar?