viernes, 24 de octubre de 2014

Día 28...

Este no es un relato sensual, de hecho parece un película de horror lo malo es que es completamente real y que sucede aquí, en el país donde vivimos y, como diría Jaime Mausán, "Nadie hace nada"...
Hoy se cumplen 28 días de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa y el clamor por saber qué pasó con ellos es mundial mientras el gobierno hace lo posible porque no se le desborde el cántaro que está más roto de lo que podemos ver y por todos lados deja asomar la podredumbre que contiene. Quizá la pregunta sería ¿qué nos pasa a los mexicanos que nosotros mismos lo mantenemos unido sujetándolo con nuestra indiferencia y apatía? 
esta semana 50,000 personas marcharon en señal de protesta y reclamo de justicia 50,000 en una ciudad de 20 millones... ¡Regrésenlos vivos! ¡Renuncia EPN! clamaban sus voces; vivos creo que sabemos que no están, y ojalá tuviera que tragarme mis palabras pero no hace falta ser erudito ni vidente para imaginar cuál fue la suerte de esos muchachos,  y todo por el temor de que irrumpieran con desórdenes el acto público de la "distinguida" alcaldesa de Iguala.
¿Hasta cuándo México? hasta cuándo entenderemos que los primeros culpables de que estas cosas pasen somos nosotros por permitirlo, por vivir ciegos ante la falta de valores de esta sociedad que aún cuando se entera de los actos de corrupción, impunidad e injusticia se indigna una semana para después dejarlo pasar. ¿cuántos más tendrán que morir?, ¿cuánto más podrán saquear? 
Sin duda lo mejor que este gobierno ha sabido hacer es mantener una sociedad polarizada, dividida y llena de resentimientos entre las clases sociales y sin duda nosotros no hemos ayudado mucho. ¿De verdad es todo lo que podemos dar como sociedad? cuánto más estamos dispuestos a seguir soportando esta mierda en que estamos sumidos?
¿Hasta cuándo México? por favor... despierta


miércoles, 22 de octubre de 2014

El intruso


Apareció un día de sol y ella pretendió no verlo pero su repetitiva insistencia, su actitud irreverente y esa pose anónima y retadora la obligaron a ceder; lejos estaba de saber o siquiera maginar que se metería en su vida volviéndose esa mirada que siempre estaba presente … cuando se vestía, o se desvestía…si se probaba zapatos o preparaba la cena y no lograba entender por qué aparecía en su mente cuando pensaba y sentía o se imaginaba cosas, y  ahora siempre volteaba para saber que ahí estaba. 
La culpa la tenía ella,  le había abierto la puerta, aunque fue solo un poco para mirarlo y satisfacer su curiosidad.  Sin saber como, en un solo movimiento, se había colado dentro de su corazón; cómo iba ella a saber que un intruso adorable la atraparía en su mirada y que de algún modo extraño al verse en sus ojos ellos le devolverían la imagen de la mujer que amaba ser. Ahora lo sabía... al final del cuento somos la mirada del otro, esa que a veces nosotros solos no podemos ver.
Un intruso vive en ella, un intruso que la mira con amor y con deseo sin el que ya nada quiere porque sin él ya no entiende aquella que quiere ser… la que vive en su mirada.



sábado, 4 de octubre de 2014

La enseñanza de la madre Consuelo


Hoy en la mañana platicaba con mi amiga Márgara que tiene una fundación llamada Todos en Cree-cimiento donde atiende niños con discapacidad severa, sí, esos que no aceptan en el Teletón y les da terapia de rehabilitación sin dolor con labradores entrenados en el programa suma+ t desarrollado por ella con el criador de Indigo Labs. Márgara y su equipo llevan a cabo esta impresionante y maravillosa labor desde hace 5 años y tienen un programa bien consolidado que ha ayudado a muchos niños y a sus familias pero, como todas las fundaciones, necesita recursos constantes que le permitan atender a más y sobre todo tener estabilidad económica. 
Después de oírla le conté que tenía que hacer lo que la monja de Pilar 
    —¿Quéeeee?  dijo ella
Sí, suena raro, lo sé, pero déjame explicarte...
Hace unas semanas fui a cenar con Pilar para celebrar su cumpleaños y entre las miles de cosas que nos platicamos, me contó que por artilugios del destino está involucrada en un proyecto para construir una escultura monumental más grande que el Cristo del Corcovado ( What? sí, leyeron bien, más grande) junto con un santuario para el Cristo de la Misericordia en el municipio de Ecatepec.

No acababa aún de contarme cuando yo la interrumpí diciendo " No manches, tanto que se necesita el dinero para otras cosas y que lo usen para eso!!!!, de verdad la iglesia no sé en que está pensando cua", antes de que acabara Pilar me interrumpió y dijo "sí, pero oye la historia y empezó a contarme
Resulta que la madre Consuelo, que vive justo ahí en Ecatepec, lavaba la ropa en la azotea y de pronto volteó a ver la gigantesca mancha gris y en un punto a lo lejos se imaginó por un momento una escultura de Cristo a la que la gente pudiera voltear cada vez que necesita esperanza y lo increíble que  sería para las personas de un lugar donde hay tanto crimen, tanta gente sin esperanza y tantas carencias   ver a Cristo diciendo "aquí estoy no estás solo"
Oí la historia, me quedé callada y después de pensarlo un poco no me quedó más que decir... pues sí. Touché... la monja tenía la fe y el empuje para haber llevado esa visión muy lejos y a través del obispo y un patronato echar a andar un mega proyecto hasta llegar a Pilar y a través de Pilar al gran escultor Ricardo Motilla que dijo sí al proyecto. Mi siguiente pregunta fue "¿y el dinero?" a lo que Pilar contestó –Pues la madre Consuelo dice "el dinero llegará"— nos reímos y brindamos y seguimos platicando de otras cosas.

Pasaron varios días y llego Odile a los Cabos, y de pronto sentí una angustia por todos los que estaban allá—incluído mi marido— y pensé que necesitaba hacer algo por mi gente, por los empleados de Flora y sus familias que habían resultado damnificados y sin pensarlo mucho mandé un mensaje en Facebook diciendo que recibiría víveres y ayuda mi casa sin tener ni idea de como iba a enviarla, yo solo cerré los ojos y pensé " Yo como la monja de Pilar...el camión llegará" no había pasado ni una hora cuando una amiga me mandó un mensaje que decía "¿cómo vas a enviar la ayuda?" me dio el contacto de una persona que iba a enviar un camión la siguiente semana y podía llevarla. No pude evitar reírme y reconocer que cuando creemos algo con el corazón las cosas de una u otra forma llegan.

Sin duda cuando trabajamos por algo y lo deseamos fervientemente, el universo conspira y las cosas llegan, no siempre de manera tan inmediata, pero llegan.

Los invito a que visiten la página de facebook de Todos en Cree-cimiento y la de suma+ t


y a que vean este video


y si pueden comprometerse con una donación del monto que sea, o saben de alguien interesado en hacerlo y quieren más información, por favor  háganmelo saber para ponerlos en contacto con Márgara.
estoy segura de que lo que necesitamos como dice bien la madre Consuelo "llegará".


Felices reflexiones.



El tamaño que sí importa...




Una tarde en el club, los niños corriendo y yendo a sus clases de cuanta cosa existe mientras la mamás platican, toman café, y arreglan  el mundo. De pronto un grupo niños de unos 5 años se va a una esquina del jardín y todos miran —de manera cero discreta— dentro de sus trajes de baño y hacen comentarios sobre sus cuerpos. Las mamás solo los observan y ríen, y alguien dice... ¨pues sí...así son desde chiquitos viendo quién tiene el más grande¨. 
El mundo esta lleno de bromas sobre el tamaño de esa parte especifica de la anatomía de los hombres y de las maravillas o no que estos pueden hacer con ella. Supongo que el tamaño importa para lograr ciertas cosas o hacer algún tipo de faena especial, sin embargo cuando hablamos de hombres normales sin problemas específicos en ese aspecto, en realidad hay muchas otras cosas en las que el tamaño importa mucho más que en esta.


El tamaño de tu cuerpo puede ser larguirucho o chaparrito, pero como bien dice un amigo mío ¨seré chaparro, pero nunca chiquito" y es que independientemente de nuestras dimensiones corporales y capacidades físicas hay ciertos tamaños que verdaderamente importan cuando se trata de ser hombre.

—No importa el tamaño de tu cabeza, pero sí el de tus pensamientos, de tus ideas, de tus sueños, y tu imaginación. De lo que te permitas vislumbrar en tu futuro, del esfuerzo que pongas en lograr que se haga realidad sin dejar que los obstáculos te amilanen o te detengan.

—No importa el tamaño de tus ojos, pero sí el de tu visión, de tu capacidad de ver más allá de lo evidente, de poder analizar y atacar los problemas desde diferentes ángulos para tener mayor claridad.

—No importa el tamaño de tu boca, pero sí el de tus palabras y de lo que hagas sentir a los demás con ellas, de lo que inspires y consigas transmitir cuando las uses. Importa el tamaño de tu sonrisa y de cuán generoso seas con ella hacia los demás.

—No importa el tamaño de tus orejas, pero sí el de las palabras que dejes entrar y el de la apertura y sensibilidad que tengan para aceptar las críticas y saber distinguir cuándo deben importarte y cuándo no.

—No importa el tamaño de tus manos, pero sí el tamaño de tus obras, de lo que hagas por otros de lo que construyas en cada día de tu vida y de lo que des a los demás con ellas.

—No importa el tamaño de tus piernas, pero sí el de tus pasos y de qué tan lejos permitas que te lleven en el mundo a explorar diferentes caminos que te hagan comprenderlo mejor. Importa el  tamaño de la fuerza que desarrolles en pies y piernas para poder levantarte cuando caigas y para mantenerte firme cuando el viento sople y quiera tirarte.

—No importa el tamaño de tus pies, pero sí importa el de tus ganas de pisar firme y saber cuándo actuar con prudencia y cuando alocarte un poco, Ser prudente es bueno pero a veces hay que hacer locuras que nos hagan sentirnos vivos. Importa también el tamaño de la capacidad que tengan para ponerse en los zapatos de otros y ver el mundo desde su óptica.

Y por último...
—Sí Importa el tamaño de tu corazón, de tu capacidad de amarte y perdonarte porque solo haciéndolo es que podemos amar y perdonar a los demás, aunque a veces no logremos entenderlos del todo. Importa cuanto puedas abrirlo para acercarte a Dios  y si lo usas bien y mucho crecerá aún más y te hará feliz; tal vez no siempre inmediatamente, pero te permitirá sonreír y sentirte satisfecho cuando llegues al final del camino.

El tamaño sí importa, solo hay que enfocarse en las cosas correctas y hacerlas crecer... Respecto al otro amiguito si es más largo o corto pues... supongo que hay cosas que lo compensan my advice: Be creative and resourceful...  jajaja


Felices reflexiones...