jueves, 3 de septiembre de 2020

Pandemia, política y nuestro único poder ...



Una de las muchas ilusiones que los seres humanos nos hacemos, tiene que ver con nuestra capacidad de imaginar el futuro.Tendemos a fantasear con la inocente idea de que podemos tener el control de las cosas. Luego, a lo largo de los años, la vida se encarga de recordarnos que el único control que tenemos se resume en cosas tipo mis visitas al super,  en que después de haber pasado junto a los Hot nuts Flamin hot y poner un paquete en el carrito,  tres pasillos después, con el ¨inmenso¨ control que tengo de mi vida regreso a poner el paquete en el mismo lugar y me alejo corriendo orgullosa de mi misma...
La incertidumbre puede enloquecer a la mayoría de las personas, nos hace sentir impotentes, temerosos y es el momento perfecto en que nuestra mente nos juega muy malas bromas imaginando los peores escenarios, especialmente en el momento del día en que por fin nos metemos a la cama y cerramos los ojos... 
Me atrevo a afirmar sin temor a equivocarme, que no existe ser humano que no se haya preguntado más de una vez, qué va a pasar con el mundo tras la pandemia COVID. Personalmente cada día despierto cuestionándome cosas que van desde qué cambios conductuales se darán en las nuevas generaciones como resultado de la interacción virtual,   si tendré que usar cubre boca el resto de mis días y cuándo volveremos a abrazarnos. 
La noche en que murió, mi padre le confesó a mi marido su temor de que nos iba a tocar vivir una guerra, y su temor se hizo realidad. Probablemente no imaginaba que la guerra iba a ser contra un microorganismo que vendría a transformar prácticamente todos los aspectos de la vida como la conocíamos. La supervivencia de nuestra especie, aún cuando nos sintamos los reyes de la creación, es realmente un milagro ¡Hemos sido capaces de sobrevivir a pesar de nosotros mismos!. 
Últimamente he estado oyendo podcasts interesantes con la esperanza de que las voces e ideas de eruditos , alumbren mi mente para entender mejor los nuevos tiempos. Todas estas personalidades que he oído coinciden en que la  empatía, la  compasión y la  solidaridad son los elementos que han permitido que la humanidad lograra superar estas crisis en el pasado. Justo ayer  oía a Elizabeth Gilbert hablado sobre el miedo que sentimos cuando no podemos controlar algo y sobre la maravillosa posibilidad —Porque ese poder sí que lo tenemos—de decidir dejar de sentir miedo y confiar en nuestra intuición. 
La pandemia que estamos viviendo es la mayor crisis de salud que hemos sufrido desde 1918, esta crisis además se traducirá en una grave contracción de la economía y en una una polarización aún mayor de la sociedad, el número de pobres se multiplicará en todos los continentes. Cada uno de nosotros experimentamos la pandemia en el plano personal, desde el punto de vista del país que habitamos y en el contexto mundial, y todos reaccionamos de diferente manera dependiendo de nuestra posición en  estos diferentes contextos.
Hace dos años, México, eligió un nuevo presidente cuyas promesas de campaña eran la  transformación del país y acabar con los vicios del sistema asegurando una política social que permitiera mejor repartición de la riqueza y la erradicación de la corrupción. 
Quienes hemos vivido lo suficiente para ver varios gobiernos, diferentes presidentes y un poco de como funciona el mundo, sabemos que eso de ¨ acabar con la corrupción¨ es una buena promesa pero es totalmente irreal. y mucho menos al estilo ¨Simón dice¨, por  decreto presidencial. Lo anterior resulta tan absurdo como decir ¨a partir de mañana seré talla 6¨. Si no cuido lo que como y jamás muevo ni un dedo, no importa cuánto lo diga o me lo crea yo misma, la realidad me alcanzará a la hora de ponerme la ropa. Lo más preocupante del presidente, es que su discurso diario se basa en el enfrentamiento de quienes están con él y quienes no lo están y basta oírlo un poco para darse cuenta que sus argumentos y sus propuestas, aún cuando pudieran haber surgido de una buena intención, invariablemente  dejan ese sabor de boca desagradable de un resentimiento  acumulado a través de 18 años de campaña presidencial. La cuestión, volviendo a la pandemia, es que en un país cuyo gobierno apela al  enfrentamiento continuo de los grupos sociales distorsionando la realidad según le convenga, no es precisamente el terreno mas fértil para la  empatía,  la compasión y la solidaridad.
Haciendo un autoanálisis ¿Cómo amanecieron de su tolerancia? basta echarle un ojito a las redes sociales y ver si sus contactos incluyen personas cuyas ideas son diferentes, si todos piensan más o menos lo mismo que ustedes aguas...  Muchas veces en reuniones con amigas se oye el ¨no se les ocurra hablar de X porque ya saben que Fulanita se pone mal¨ y basta que lo digan para que me entren unas ganas locas de hablar del asunto en cuanto Fulanita aparezca. No como provocación ni para enfrascarnos en un pleito a muerte, simplemente para tratar de entenderla y tratar de que me entienda a mi, como un ejercicio de tolerancia donde encontremos coincidencias sobre las cuales construir un diálogo. Puede ser difícil, lo acepto así que, como el consejo de los 4 acuerdos... No se lo tomen personal. 
Hace unos años observando las cosas que pasaban en el mundo, tras de esa noche de insomnio en que vimos ganar a Donald Trump la presidencia, reflexionaba sobre el hecho de que quienes vivieron la 2a  Guerra Mundial y la posguerra convirtiéndose en un tipo de guardianes de la memoria y trabajaron incansablemente para dejar un legado que le impidiera al mundo olvidar los horrores surgidos de la intolerancia, estan muertos ya o a punto de morir y la sensación desamparo que eso me provocaba,  algo así como cuando tu abuela muere y de pronto sientes que podrías empezar a olvidar sus historias. Dicen que los pueblos que no aprenden de sus errores están condenados a repetirlos, pero ninguna lección es permanente. Eventualmente olvidamos y volvemos a hacer exactamente lo mismo y el péndulo regresa y el ciclo se repite. 
Son tiempos complicados, pero no debemos olvidar que la humanidad  ha sobrevivido a muchas crisis como esta a través de la historia. Las épocas de cambio no solo traen  desgracias sino oportunidades de crecimiento personal y colectivo y nunca estuvimos mejor equipados para enfrentarlas. Confiemos y  busquemos la empátia y la compasión de donde surja la solidaridad porque sin importar lo que pase, esa combinación siempre es ganadora.   Nunca podremos tener el control  de lo que pasa pero siempre tenemos el poder de elegir nuestra reacción y ese es nuestro único verdadero Poder.

¨Who´s gong save the world tonight?, who´s gong Bring it back to Life?
 We´re gonna make it you and I¨...

Felices reflexiones...