sábado, 8 de diciembre de 2018

Una vuelta al sol sin ti...

Hay fechas en el calendario que parten la vida, fechas como hoy cuando en nuestro mundo se abrió un huequito en el espacio físico que ocupabas, que nos recuerda todos los días que hay un antes y un después y ¿sabes Pa?, me encantaría contarte cómo ha sido ese después.
Primero que nada te diré que tuviste una despedida maravillosa, rodeado de todos los que te amamos en la vida y con muchas flores para tratar de embellecer el espacio en el que dejabas de estar. Todos, absolutamente todos los que fueron a despedirte, y los que por alguna razón no pudieron estar ahí, se desvivieron en palabras preciosas de su experiencia de ti, acariciándonos el corazón cuando nos estaba doliendo tanto. La misa fue tan bonita (y el padre muy guapo, Luis y se Geny se sacaron diez con el padre; hubo quienes hasta preguntaron de dónde lo habíamos sacado). Así celebramos tu paso por este mundo, con lágrimas, abrazos, risas, historias y todo el amor que sembraste en el mundo.
También quiero contarte de mi Ma... pfff tanto que decir de ella, de su fortaleza y su espíritu incansable. Los primeros días y meses lloraba de la nada por la ausencia de su todo... o sea tú, sintiéndose tan sola aún acompañada de quienes la amamos, porque nadie la amaba como tú, dice José Eduardo que ese tipo de amores ya no existen en el mundo; y es que la adoración que te tenía, esa manera suya de velarte el pensamiento y cuidarte como solo ella puede cuidar a alguien pffff... 
"me fascinó desde el momento en que lo vi" jajaja siempre dice eso ¿Sabes Papito?, estarías tan orgulloso de ella, de verla poco a poco aprendiendo a vivir sin ti, regresando a Acapulco para recordar su vida juntos, viajando sola a ver a amigas que no había visto en años  y a lugares que no conocía, con personas que tampoco conocía... Soy su fan, es una Pro de la vida.
Luis y yo tratamos de apoyarla en todo, él le habla diario, yo no, ya sabes como soy, pero trato... trato. 
Es encantador que cuando a veces vamos a lugares a los que solíamos ir contigo, personas del servicio, dependientes de tiendas, o algunos que te conocieron aún en las circunstancias más comunes, siempre te recuerdan... "ay su papá": tan bonita su sonrisa, tan lindo que era con todos, tan divertido, tan sencillo, tan bromista, tan,  tan...etc. son comentarios que oímos muy seguido, nos hinchan como pavo reales  y es un placer sentirte a través de ellos.
Cada día que pasa me vuelvo más consciente de lo afortunados que fuimos quienes te tuvimos como esposo, como padre, como hermano, como abuelo, como amigo o como encuentro fortuito de la vida; porque dejabas algo hasta en quienes solo tuvieron una sonrisa tuya y un buenos días. 
De lo afortunada que fui yo de tener tu mirada que me dio seguridad y afirmación como mujer, que me enseñó a ser optimista, a ver lo bueno de las personas y de cada situación, por mala que parezca. A disfrutar los rayos de sol, a cantar por las mañanas, a apreciar las historias.
Gracias Pa por enseñarme a ver más allá de lo obvio, a ponerme en los zapatos del otro antes de juzgarlo. 
Hoy, a un año de tu partida, el huequito del corazón sigue dejando pasar la tristeza de extrañarte, pero  acompañada del potente haz de luz de los recuerdos de tu alegría, tu bondad, tu sonrisa contagiosa y la luz de tus ojos; haciéndolo ese tipo de dolorcito que hasta te llega a gustar. Gracias Papito por brillar en nuestros corazones por recordarnos desde la memoria del corazón que somos pequeños soles en el universo y nuestra misión es iluminar el espacio que nos toca.

Te amamos pa, sigues aquí todo el tiempo.