miércoles, 9 de abril de 2014

Reflexiones en rojo 2...

Dice la psicología del color que el rojo se asocia con  la guerra lo irónico es que también se asocia con el amor. El chiste se cuenta solo... tal vez por eso dicen que en la guerra y en el amor todo se vale.


Cuando pensamos en la guerra generalmente nos vienen a la mente imágenes terribles como las que CNN se encarga de mandarnos todos los días de niños mutilados por las bombas, ciudades en ruinas, muros que no aguantan un agujero más de bala, destrucción, sangre, sufrimiento... sin duda estas guerras son terribles, crueles y dejan a su paso odios que se transmiten de generación en generación. Sin embargo reflexionando sobre el significado de la palabra guerra,  el concepto también significa lucha, confrontación, pelea; lo cual me lleva a pensar que  existen muchos tipos de guerras y al final del día la vida por nuestra naturaleza humana está llena de pequeñas batalas que luchamos día trás día, cada uno desde su trinchera con mayor o menor pasión según sea nuestra personalidad, nuestra entrega y la intensidad con la que vivimos nuestras circunstancias.

Frecuentemente luchamos contra nosotros mismos, contra nuestros defectos, nuestras debilidades, nuestros impulsos y malos hábitos en un esfuerzo por mejorar o evolucionar. Hay luchas nobles como aquellas contra la injusticia, la desigualdad, el hambre, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia, etc... y personas grandiosas que se convierten en inspiración para otros por su manera de luchar para hacer del mundo un lugar mejor y más armónico. 
Observada desde este punto de vista la guerra es la vida, pelear por ganar una cuenta, una medalla, por  una beca. Luchar contra nuestros miedos, contra nuestro ego, nuestras limitaciones; contra los embates de la vida requiere valentía y para ser valiente hay que tener la seguridad de que lo que hacemos tiene un valor y un sentido y a veces solo nosotros lo podames ver.
La lucha implica frecuentemente una confrontación con el otro —lo cual, debo aceptar, es de las cosas que más detesto en la vida— sobre todo porque el otro no siempre es un desconocido que nos atiende en un mostrador, y más veces de las que quisiéramos, es alguien tan cercano como un compañero de trabajo, un amigo de toda la vida, un hermano, un padre. Habemos muchos que le sacamos la vuelta a la confrontación, que rehuimos decir las cosas por que es molesto e incómodo y porque en realidad nos cuesta mucho hacerlo.
La vida me ha enseñado que las confrontaciones sirven y que si se manejan bien y entre personas inteligentes  el resultado generalmente es muy bueno,  de nada sirve guardarse las cosas e ir creando una bola de nieve que con el tiempo se convierte en una masa gigantesca que nos aplasta y acaba provocando una masacre de sentimientos negativos y separación.
A veces hay que decir o hacer cosas que no son lindas, que sabemos que por más cuidadosos que seamos lastimarán al otro, que saldremos raspados y con moretones y hasta podríamos salir heridos de muerte,  pero ni modo...  gotta do what you gotta do y nadie se salva; a todos nos tocará echarnos una de estas guerritas varias veces en la vida y lo mejor que podemos hacer es abrir el corazón y entrarle... porque eso es la vida y hay belleza en estas guerras y la oportunidad de ser grande.

felices reflexiones...

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