miércoles, 6 de enero de 2016

El placer de salirse de la raya...

Una de las cosas que amo hacer y más me ilusionan es perderme en los museos de arte , pasar horas viendo cuadros, instalaciones, esculturas, mientras me hago preguntas sobre el autor y la obra. Como muchos de ustedes saben me gusta dibujar con plumones, no soy ninguna gran artista pero disfruto hacer cosas locas, medio surrealistas, medio naive. Me divierte esconder mensajes en mis dibujos, cosas que probablemente nadie verá o entenderá más que yo...  Es un tipo de rito mágico para guardar momentos de vida que quisiera no olvidar nunca porque significan algo especial. Algo así como los Mamuts heridos con flechas en las cuevas de Lascaux, que los hombres de la prehistoria hacían para atrapar al animal en su mente y asegurar una caza exitosa.  Es por esto mismo que amo imaginar y especular sobre las intenciones de un autor cuando su arte me atrapa, ¿se estaría burlando de algo?, ¿estaría muriendo de dolor, o de deseo o de amor por alguien? y así puedo pasar el día entero saltando de una pregunta a una forma, a una línea, a un color...
Me encantan los días que se dan solos, esos que no planeas y salen como si lo hubieras hecho; hoy tuve uno de esos días porque vi una gran exposición de uno de mis periodos favoritos en la historia del arte que es el de las vanguardias de la primera mitad del Sig. XX.  
Una de las frases que más recuerdo de mi madre a lo largo de la vida es "son muy modernos" cuando hablaba de alguien cuyas costumbres o manera de ser salían de lo tradicional o "esos modernismos no me gustan", mi padre prefirió siempre observar a los demás sin apresurarse a juzgar y hasta me atrevería a decir que le divertía ver a personas diferentes. Yo tuve así una educación tradicional en colegios de monjas y puedo decir que la disfruté, nunca fui la rebelde de la manada y siempre detesté  la confrontación; quizá sea por eso que este periodo, la gran época de los ismos el modernismo, el surrealismo, el futurismo, el dadaísmo y todos los otros ismos. me atrapa y me fascina tanto. A estas alturas de mi vida,  en que mi mundo ha crecido mucho me he convertido en una cincuentona medio rebelde que disfruta pintar fuera de las líneas. Me gusta imaginar a los hombres y mujeres que rompieron con los cánones y las reglas observadas hasta entonces, cosas que aún hoy pueden parecer escandalosas, esos  provocadores que retaron, cuestionaron, se burlaron y reinventaron la realidad; que hicieron que el mundo levantara la ceja  ante sus excentricidades y reconociera que hay muchas maneras diferentes de verla. Ellos nos dieron la fuerza de su pensamiento, de sus circunstancias externas y sus conflictos internos y esa curiosidad que los llevó a expresar la realidad más allá de lo que sus ojos podían ver. Ellos, los valientes que vivieron provocando a las mentes tradicionales y a sus esquemas rígidos y conservadores que dibujaban solo dentro de la línea y se limitaban a reproducir la imagen del mundo sin cambiar nada. Ellos plasmaron un mundo diferente, más complejo pero más fascinante y nos atraparon en sus obras para siempre porque como bien dijera André Bretón...
“Para gran escándalo de los unos, bajo el ojo apenas menos severo de los otros, levantando su peso de alas, tu libertad” 
Un aplauso a "Los Modernos", un aplauso al MUNAL y una recomendación para que se dejen seducir por ellos y por la mágica sensación de libertad de salirse de la raya .


A cada tiempo su arte, al arte su libertad.

Felices reflexiones...







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