martes, 26 de febrero de 2013

Suele suceder...

Suele suceder en el silencio... sin sentir que te acercas me sorprendes de pronto,  te descubro anclado en mi cabeza meciéndote en mis ideas, dispuesto a quedarte ahí aún sin consentimiento y me miras, me torturas encajándome los dedos en los ojos, en la cara; descolgándote en mi cuello lentamente, poco a poco, para bajar por mi espalda y causarme ese efecto loco que me nubla los sentidos  y me hace sonreír como tonta, como ida... mientras la gente me mira con cara de WTF? pués qué tendrá esta mujer que hasta camina de lado ¿será porque se ha mareado?
Yo solo río, no me importa... luego tomo unos minutos y te sacudo de mi para que salgas de ahí, del escondite secreto donde te guardas en mi. Un invasor,  es lo que eres... ¿qué acaso no te da pena allanar mi entendimiento e iluminarme por dentro los colores contenidos en los sutiles gemidos que a veces salen de mi?
Qué vergüenza ser así e ir asaltando a la gente que deja de ser decente cuando se acuerda de ti...

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