miércoles, 13 de agosto de 2014

Por qué amo el color...

Recorria los valles de Escocia cuando de pronto me llego a mi mente esta pregunta  ¿por qué amo tanto el color?
Amo el color que explota en las pupilas, que nos sorprende en las flores que sonríen de repente al doblar la esquina o en el azul del cielo que se llena de nubes que son como borregos que adoptan formas raras.
Amo el azul intenso del mar cuando es profundo, y el brillante turquesa de las aguas bajitas. Los dorados divinos de los campos de trigo, los rojos, cafés naranjas y amarillos de los valles y montañas y del cielo que muere dejando en su lugar las noches estrelladas. Amo el verde de la hierba que absorbe la mirada y esparce por la tierra semillas de esperanza.
Amo el color porque nos muestra la vida en sus diferentes gamas, a veces tan intenso que parece comernos y otras palideciendo perdiéndose en la nada. Ni el más maravilloso pintor puede igualar la maravilla del cielo al ponerse el sol, la transparencia del agua que se precipita por la montaña, el azul del mar cuando el sol brilla en todo su esplendor, el verde de la hierba y las gotas que quedan atrapadas en ella cuando acaba de llover...
El color es la vida,  cambiante y dinámica; diferente a cada minuto dependiendo de la luz que refleje,  ¿por qué amo tanto el color? ahora lo entiendo...  el color  es quizá mi forma favorita de sentir a Dios.


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