domingo, 14 de diciembre de 2014

Fatales 49...



Abro los ojos y ya tengo 49… jajajajajaja ¿cómo diablos pasó? no lo sé, se los digo en serio, ya no hacen los años como cuando yo era chica, ahora son demasiado rápidos y pasan tantas cosas que ya no puedo recordarlas todas. 
Puedo decir sin dudarlo ni un segundo que los 40 han sido, hasta hoy,  la década más increíble de mi vida, el tiempo en que me dejo de importar bastante complacer a otros y seguir reglas en las que ya no creo,  años en los que me he dedicado a hacer las cosas que me hacen verdaderamente feliz, en los que he encontrado en el camino nuevos compañeros de vida, maestros que todos los días me enseñan cosas nuevas, me inspiran y me hacen sentir amada y feliz. 
De pronto me da miedo el tiempo porque, a reserva de lo que otras mujeres puedan decir, me parece que en el paso de los 30 a los 40 una en realidad no nota mucho la diferencia y con buenos cuidados se sigue viendo más o menos igual, pero el salto de los 40 a los 50 ay Diosito ayúdanos!  supongo que no tengo que explicarles por qué ¿quién quiere hablar de canas, arrugas, rollos y meno… ahhhhh!!!!!! no, ni lo invocaré! El otro día oí una frase que me hizo reír mucho, era de alguna mujer  cuyo nombre no recuerdo pero sin duda tenía un sentido del humor maravilloso, decía algo así como "A Muchos hombres la edad les sienta bien, con los años se van pareciendo a Sean Connery,  las mujeres con la edad también nos vamos pareciendo Sean Connery" jajajajajajaja ¿no es genial? 
Así es la vida, son sus ciclos y no hay nada que pueda evitarlo. Disimularlo, mejorarlo e incluso retrasar ciertas cosas es posible, dependiendo del esfuerzo que pongamos en ello y la genética  que traigamos de fábrica, pero la vida es cambio y el cambio es vida y negarnos a aceptarlo es la peor idiotez que uno puede cometer además de convertirse en un gran motivo de infelicidad.
Estoy segura que mi ultimo 40 será increíble, seguiré haciendo ejercicio y subiendo a mi oficina por las escaleras, usando tacones altos, botas y vestiditos cortos. Reiré cada día y en la medida de lo posible, huiré de los espejos que suelen torturarnos, y trataré de verme más en los ojos de quienes me quieren y son más benévolos. Comeré antioxidantes pero jamás dejaré los totopos con salsa verde ni el chocolate amargo; tomaré clases de cosas nuevas que reten mi cerebro y me recuerden que lo que no se usa se echa a perder y seguiré tomando el sol aunque tenga que ponerme FPS 850. Pero sobre todo seguiré creyendo en el infinito amor de Dios y en la magia de la vida que nunca deja de sorprenderme.
Espero que los 50 me encuentren muy ocupada, haciendo cosas, dibujando, escribiendo, inventando, riendo, amando y sin demasiado tiempo para pensar en ellos y si los ven por ahí dígales que vengo con una banda de viejas cañonas  que les vamos a romper la madre…


Fatales 49, gracias Dios por tanto

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