sábado, 25 de junio de 2011

Ay dolor... que no te vas

Tomó la aguja y se pincho la mano con todas sus fuerzas... quería sentir , sentir dolor, un dolor que le permitiera olvidar aquel que resultaba inaguantable y eterno...  ardía su palma, estaba roja. Metió la mano en el chorro del agua. Poco a poco la piel se limpió, se puso una gasa, después una venda y cuando acabó sintió la punzada... "maldito dolor" pensó para sí ¡te arraigas en mi!, me estrujas el alma ¿por qué no te vas? déjame olvidada cuando el sol se vaya y caiga la tarde y las olas cubran la arena mojada como un perro herido que lame sus llagas, que aúlla a la luna y le hace compañía  y espera paciente que pasen las horas  en que la negrura todo lo acrecienta a que llegue el sol y con él la mañana ... que yace rendido tirado en la playa esperando al fin que el dolor maldito se pierda, se borre,  se muera en el alba... Entonces las nubes se ríen, se jactan y dicen "no niña...  eso hoy no será, ten paciencia y llora, quizá sea mañana"


1 comentario: