lunes, 24 de octubre de 2011

¿Y mi vestido?...

A veces los momentos de frustración nos recuerdan verdades maravillosas de las cosas que en realidad importan...


Había llegado el día, era la fiesta de mi hermano por su cumpleaños 40 y había una cena en Cuernavaca con show, muy nice la cosa y yo por supuesto me había adquirido un lindo vestido para la ocasión y por si las dudas, pues en Cuernavaca en diciembre puede hacer frío,  antes de cerrar la funda colgué otro vestido en ella para tener otra opción en caso de que fuera necesaria. Metimos la maleta al auto, les dimos la bendición a los hijos y después de besarlos y decir los típicos "pórtense bien",  "no se duerman muy tarde" etc.  nos dirigimos a la carretera al filo de las 5:30 de la tarde y  tras una hora y media de viaje llegamos a la "Ciudad de la eterna brincadera" que te recibe con los baches abiertos y un montón de tráfico en el libramiento, pero bueno, siempre es hermoso llegar. Una vez en la casa, que mi amiga amablemente nos había prestado, saludamos a los que habían llegado y mi marido bajó el equipaje del coche. Platicamos un rato en la sala, bebimos algo y finalmente subimos a arreglarnos para la fiesta. Al entrar en la habitación mi vista rápidamente detectó que algo faltaba... estaba la maleta y mi pequeña bolsa de viaje pero ¿Y la funda dónde estaban colgados mi vestidos? las únicas palabras que acudieron a mi mente fueron Oh shit... ¡olvidé el vestido!... y acto seguido grité ¡NOOOOOOOO! ante lo cuál mi marido subió rapidamente a ver qué me pasaba... cuando entró y me vio ahí parada, me hizo cara de WTF? y entonces le conté mi desgracia... se me quedó viendo y me dijo --No te preocupes, te llevo a Liverpool, te compro algo,  Lo amé... con lo difícil que soy para la ropa y menos de 30 minutos para que cerraran la tienda, por supuesto le dije que ni se preocupara, entonces me ofreció otra cosa --Le hablo al chofer para que pase por el vestido y te lo traiga... --Lo amé doblemente... Don Ray vive en el sur, lejos de nuestra casa, solo siendo Flash Gordon hubiera podido llegar a tiempo a una hora en que todavía fuera decente llegar a la cena.  Me quedé mirándolo con cara de wow, te amo pero not a good idea,  y su última oferta fue la mejor  --¡Me voy de jeans como tú! estás bien Chic, y traes los zapatos... Lo amé por tercera vez en menos de 5 minutos...
Finalmente fui a la fiesta con una falda negra prestada,  el top negro que traía, pelo super lindo y maquillaje ad-hoc... y gracias a Dios no había olvidado mis gladiator Stilettos... que eran de última...
La fiesta fue divertida, bailamos, comimos, bebimos, cantamos y la pasamos genial  pero les puedo decir que lo que mejor de esa noche sin duda alguna fueron las ofertas de mi marido en su afán de ayudarme y hacerme sentir bien.
Vestido para la fiesta $1,500.00,  Pluma de regalo de 40 $3,800.00 que la actitud de tu marido te diga cuanto te ama... priceless... absolutely priceless...


Felices reflexiones

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