domingo, 8 de marzo de 2015

Un día que debería desaparecer del calendario...

Me choca que exista un día internacional de la mujer y si algún hombre me felicitara por ser mujer no me quedaría más que decirle "pues felicidades a ti por ser hombre". Ahora bien, el hecho de que no me guste no significa que piense que no se necesita; y es precisamente el hecho de que sea necesario lo que me molesta de él. 
Me encanta ser mujer, lo disfruto enormemente y me fascina ver a las mujeres a mi alrededor, algunas muy cercanas a mi,  otras conocidas o figuras públicas que cada día cosechan más logros, conquistan nuevas fronteras, se aventuran en nuevos proyectos. Amo verlas brillar, amo que me inspiren a lograr cosas mejores, a ir más allá, a querer ser más de lo que soy. Quizá haya algunas no disfruten tanto su condición de mujer como quienes hemos tenido la fortuna de nacer en un medio social que reconoce la importancia y el valor de las mujeres en la sociedad, hemos tenido una educación, oportunidades de trabajo, hemos escogido a quien queremos amar, con quién queremos casarnos, si queremos tener hijos o no y la mayoría podemos decir que los hombres  de nuestra vida nos han apoyado e impulsado para lograr nuestros proyectos y han hecho equipo con nosotras. Sin embargo la situación de miles de mujeres alrededor del mundo es muy diferente.  
Pensemos en las mujeres de las comunidades indígenas de America Latina, en las clases sociales menos privilegiadas que tienen una educación precaria y una tradición machista de siglos; en las mujeres de los países musulmanes radicales donde una mujer es casi un mero objeto y el hombre tiene hasta permiso de maltratarla físicamente e incluso matarla si lo "deshonra"; en la infame práctica de la mutilación genital, en los brutales ataques de mujeres en la india, en los feminicidios en México y el resto del mundo, en los matrimonios arreglados entre hombres mayores y casi niñas y en tantas otras cosas que en pleno siglo XXI parecen sacadas de páginas de la edad media. Hechos como el que Malala Yusafsai haya estado punto de morir por defender su derecho a la educación deberían ser algo que recordáramos solamente como hechos de un pasado vergonzoso y no como una realidad para muchas niñas en el año 2015. 
El tema de la equidad de género está presente en todos los discursos y  programas gubernamentales  en los planes de educación, en las políticas empresariales y en los medios de comunicación; sin embargo hechos como el que vimos la semana pasada en donde un alcalducho de 5a sube a una mujer a bailar con él y le levanta el vestido no solo una sino 3 veces ante las risas de varios de los invitados y en donde ni la misma mujer hace nada para poner un alto a esta situación, solo confirman que se necesita mucho más que discursos y programas para que la equidad de género y el respeto a la mujer sean una realidad.

Me queda claro que el día de la mujer no es para felicitar a quienes pertenecemos al género femenino y ensalzar nuestras miles de virtudes, belleza, cualidades, etc. sino para llamar la atención del mundo y reflexionar sobre la responsabilidad que tanto mujeres como hombres tenemos de ayudar a las mujeres que aún hoy carecen de educación,  oportunidades de desarrollo, empleos bien remunerados, toma de decisiones sobre su vida y su cuerpo, y que en algunas sociedades incluso siguen siendo vistas como seres inferiores,   meros objetos de placer o reproducción. Mientras esto siga existiendo en el mundo será necesario tener un día internacional de la mujer. Ojalá que en un futuro no muy lejano este día desaparezca y sea sustituido por el día de la equidad de género, un día para que hombres y mujeres con nuestras maravillosas diferencias nos veamos como iguales, capaces de hacer las mismas cosas; maravillosos seres humanos con el mismo valor, que merecen el mismo respeto, trato y oportunidades.



Felices reflexiones...






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