jueves, 16 de enero de 2014

Espejito, espejito...¿es hora del botox?

El espejo no miente...Pasaron los Forties, pasaron los mid forties y hoy, que me enfilo vertiginosamente a los 50, decidí que tal vez era hora de acercarme al tan socorrido remedio que muchas amigas mías usan desde los treinta y tantos... el botox.
Total hice una cita y medio nerviosa llegué puntual —aunque ustedes no lo crean— y me senté a esperar que el doctor me recibiera mientras una señorita nos colocaba a otra Sra. que esperaba y a mi, un gel en las partes de la cara a tratar y lo cubría con una especie de telita... "es un anestésico" dijo.
Yo lo pedí solo en la frente pues, como bien saben los que me conocen, tiendo a alzar las cejas todo el tiempo y es la parte de la cara que arrugo frecuentemente,  no puedo evitarlo, supongo que la vida me sorprende demasiado de la misma forma que sorprende a mi mamá y a mi padre porque ellos hacen exactamente lo mismo.
La mujer que estaba conmigo tendría unos treinta y tantos y supongo que viéndome más veterana que ella me preguntó:  "¿duele?, siento un cosquilleo por el gel ¿es normal?" yo le contesté que no sabía porque era mi primera vez. Finalmente me llamaron y entré con el doctor.
Era un hombre alto, moreno, podría haber pasado por hindú, muy delgado; de voz calmada y amable, pero lo que me llamó la atención fue que no podía hacerme una idea de su edad, no tenía ni una sola arruga y su piel era muy lisa y delgada. No se veía mal, solo se veía mmmm "atemporal" digamos... platicando me dijo que el había usado botox desde los 27 años mientras yo seguía tratando de calcular su edad; unos 37,  seguramente no más de 40,  no lo sé.
Me preguntó qué quería le señalé la frente y entonces comentó al segundo "Las cejas son algo muy tuyo (Really????) y no puedo quitarte el movimiento pues cambiaría la expresión, así que solo te inmovilizaré un 50 0 60% lo cuál me pareció perfecto porque me aterraba la idea de salir con cara de "mamá me aflojas las trenzas" o quedar más acartonada que la mole de los 4 fantásticos. 
también me dijo tiernamente que tenía un poquito de "patita de gallo" y que si quería me pondría unos puntitos "perioculares" ya encarredado el ratón... accedí.
Siempre he respetado las arrugas, me parece que son como un mapita de las muchas emociones, risas,  sorpresas y lágrimas que la vida nos va dando, algunas nos dan carácter y personalidad, otras sí de plano nos pasan a fastidiar. Nunca ha sido mi idea llegar a los 60 con la cara lisa como plato, pero tampoco está padre llegar como kleenex usado. 
En esto del botox, como en cualquier otra cosa, si les late háganlo, cuando quieran, sin presionarse porque fulana ya lo hace y yo no. Hay quienes a los 22 ya se quieren hacer todo y habemos otros, medio sacones,  que retrasamos muchas cosas porque estamos a gusto, aunque es un hecho que nunca dejamos de fijarnos en lo que hace la amiga que "se ve taaan bien" y nadie —a no ser que vivan en la Amazonia— se escapa de ser presa en algún momento de la presión social, que desgraciadamente cada día es mayor sobre todo entre los jóvenes. Hay que ser lindo, guapo, flaco y encima parecer Peter Pan eternamente... como si el tiempo no pasara por nosotros. 
Si tu cara expresa alegría, si te arrugas porque sonríes, porque haces caras, porque vives... tus arrugas dirán eso y el mundo lo sabrá...  y si no recuerda que siempre queda el recurso del flequillo, bufanda o velo... Lo que tapa ayuda #dicen ;) jajaja.



Felices reflexiones :)


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